BILBAO. El futuro de Cementos Lemona pasa por el grupo irlandés CRH. El nuevo dueño toma el control de la cementera vizcaina de manos de su anterior propietario la firma navarra Portland Valderrivas, perteneciente al grupo español FCC de Esther Koplowitz. Portland se hizo con el control de Cementos Lemona, la más moderna y eficiente cementera del Estado español, en 2006 tras lanzar una opa sobre el cien por cien del capital de una empresa en la que ya controlaba el 30%.

Tras siete años en manos de Portland, Cementos Lemona atraviesa por un momento especialmente complicado por la brutal caída de la demanda de cemento en el Estado español como consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria. Los datos no engañan: en 2012 el consumo de cemento cayó un 34% hasta situarse en 13,5 millones de toneladas y en enero de este año prosigue la misma tónica con un recorte del 21,5%. Lejos quedan los 56 millones de toneladas consumidas en el Estado español en 2007.

En este contexto de recortes de obras públicas y hundimiento del mercado de la vivienda residencial se entiende que la producción de Cementos Lemona haya caído desde 945.000 toneladas en 2007 a unas 400.000 en 2011, lo que obligó a sus anteriores propietarios a presentar un ERE para la extinción de 34 contratos, medida que mantiene a los trabajadores en huelga indefinida.

Ahora el futuro de Cementos Lemona pasa por la compañía de origen irlandés CRH, Cements Roadstone Holdings, un grupo multinacional que se ha convertido en uno de los líderes mundiales en materiales de construcción. La firma irlandesa realizó el pasado año unas ventas del orden de los 18.600 millones de euros y obtuvo un beneficio bruto de 674 millones, lo que supuso un descenso de los resultados del 5% debido, fundamentalmente, a los efectos de la crisis y las políticas de austeridad en Europa que hicieron caer las ventas en un 7%.

CRH produce unos 15,6 millones de toneladas de cemento anuales en sus numerosas plantas repartidas por medio mundo y es uno de los diez mayores productores en Europa Occidental. Con presencia en 34 países, el grupo nacido en 1970 de la fusión de dos empresas públicas irlandesas, Cement y Roadstone, cuenta con notable implantación en Estados Unidos. En el Estado español entró en 1987 a través de la firma Beton Catalán, de Barcelona.

Fuentes de CRH señalan que la intención de la compañía es convertir a Cementos Lemona en una instalación de producción de cemento de la mayor eficiencia y que, a la vista de la escasez de demanda en el Estado español, se volcará en los mercados exteriores, pese a la dificultad que supone dada la gran competencia existente.

En los últimos cuatro años Cementos Lemona ha exportado unas 145.000 toneladas de media, con un máximo de 214.000 toneladas en 2009.

La planta de Lemona es una de las mayores y más avanzadas tecnológicamente del Estado y dispone de una capacidad máxima de producción de casi 1,2 millones de toneladas anuales y los permisos para valorizar en su horno todo tipo de residuos de biomasa aunque la reducción de la demanda la mantenía infrautilizada.

Con el nuevo propietario, y a la espera de la recuperación del mercado en Euskadi, Cementos Lemona podrá paliar en parte la caída de la actividad exportando cemento al Reino Unido, - a través de la terminal de la firma Southern Cement, en Ipswich (Inglaterra) que también ha sido vendida por Portland Valderrivas a CRH-, así como a países de la costa atlántica deAfrica que, pese a las plantas existentes en Nigeria, son grandes importadores.

Trabajadores de Cementos Lemona reconocen que, al estar en manos de un gran grupo como el irlandés con una única cementera en el Estado, pueden tener unas perspectivas mejores que en Portland Valderrivas donde tenían que competir con otras plantas en el norte del Estado como las de Olazagutia (Nafarroa), Mataporquera (Cantabria) y Hontoria (Palencia). En todo caso, señalan en CRH, el futuro de Lemona pasa por recuperar la normalidad en la factoría tras desestimar la Audiencia Nacional el recurso sindical contra el ERE.