BILBAO. La formica, una marca mítica en los recubrimientos plásticos, entró en el Estado español bajo licencia en 1946 en la planta de la Compañía Española de Plásticos S. A., más conocida por Ceplástica en Galdakao (Bizkaia), una fábrica creada por Unquinesa, una sociedad de los Lipperheide, y Firestone.

La formica fue un producto clave en los muebles de cocina vascos en la época del desarrollismo de los años sesenta y setenta del siglo pasado, época en la que se dio un gran crecimiento y además la compañía original Formica compró la planta vizcaina y convirtió su laminado en uno de los productos estrella de las amas de casa para sus cocinas. En el siglo XXI, Formica se quedó con dos plantas en el Estado, la de Galdakao y la de Valencia.

En 2007, Formica España pasó a manos de su actual propietario, el grupo neozelandés Fletcher Building que ahora está dirigido por el británico Mark Adamson, una persona proveniente de Formica Group.

La empresa original Formica Corporation fue creada en 1913 en Estados Unidos por dos trabajadores de Westinghouse, Daniel O'Conor y Herbert Faber, que inventaron el plástico estratificado cuyo nombre comercial perdura hoy en día.

El laminado se realiza con varias capas de papel kraft y resinas, y su resistencia al desgaste sin mantenimiento y la posibilidad de ser decorado es tal que ha sido el material elegido por el artista Daniel Buren para la obra de arte, L´arc rouge, del Museo Guggenheim, que recubre el puente de La Salve en Bilbao.