No hay nada como un final dulce después de una gran comida. Algo que los inspectores de la Guía Michelin lo saben. "En estos platos, muchos con una belleza de inequívoca índole artística, encuentran sofisticadas construcciones, las últimas técnicas, llamativos colores, combinaciones especialmente ingeniosas… ¡todo vale para conquistar nuestros ojos y nuestro paladar!", señalan desde la Guía Michelin.
En este sentido, han seleccionado los seis mejores postres del Estado, estando dos de ellos en Euskadi.
Amelia by Paulo Airaudo (Donostia)
Postre: Caviar, helado de ron y salsa de plátano y mole
Es una potente base de mole poblano picante, una crema de plátano asado y, sobre ella, una quenelle de helado de ron con abundante caviar, que incorpora un curioso contraste salino en combinación con el picante y el helado. Encima, una flor crujiente aporta textura.
2. Cenador de Amós (Villaverde de Pontones)
Postre: Pan de Amós con helado de hojaldre
Se trata de un pan que se reduce hasta alcanzar la textura de una miel de sabor espectacular. Se combina con chocolate, nuez, pasas de café, un cremoso de agua de pan y helado de pan hojaldrado. Un plato sorprendente, técnico y de gran complejidad, con mucha investigación detrás.
3. El Celler de Can Roca (Girona)
Postre: Besos de piel de pomelo
Refleja esa línea informal y divertida tan habitual en el chef Jordi Roca, que aquí presenta cinco figuras de "carnosos" labios, al estilo de aquellos de la actriz Mae West que obsesionaron al genial Salvador Dalí.
4. Martín Berasategui (Lasarte - Oria)
Postre: Limón con jugo de albahaca, judía verde y almendra
Llega a la mesa tras un prepostre cítrico para limpiar el paladar. Martín Berasategui lo presenta como un falso limón con manteca de cacao, relleno de un finísimo helado de limón, crema de almendras, picadillo de judías verdes y granizado de albahaca. El resultado, aparte de elegante y tremendamente atractivo por el trampantojo, resulta refrescante y conquista el paladar.
5. Molino de Urdániz (Urdaitz)
Postre: Aprendizaje
El postre en sí, creado a partir de un miso de ajo negro, es sin duda de gran complejidad aromática, presentándose como una crema helada sobre un praliné salado de avellanas y de una teja crujiente de alga nori, con polvo de cítricos y koji deshidratado.
6. Equilibrio y sabores florales en Voro (Canyamel)
Postre: Fresas
El chef Álvaro Salazar conquista los paladares de sus comensales. El pase se compone de una mousse de fresas y rosas, perfectamente bañada en chocolate y pintada con spray de fresa. Sobre ella, reposan dos esféricos de flor de hibiscus, de buen tamaño y bien ejecutados, con pellejo fino y líquido en el interior. Al lado, disponen unos puntos de ganache de chocolate con pimienta, una pequeña ensalada de fresas en dados y un helado de chocolate blanco y pimienta rosa, así como unos discos de chocolate perfumados con rosa. Terminan con un espiral de caramelo y unos pétalos de rosa.