Bilbao. En abril de 1971, un banco bilbaino rompía estereotipos y lanzaba al mercado una tarjeta de crédito. El 'plástico', como lo denominaron ellos, ya había visto la luz en EE.UU. veinte años antes, pero en Europa era una novedad a primeros de los 70 y Banco de Bilbao fue pionero en el Estado. Cuarenta años después ya nadie imagina el sector bancario sin las tarjetas y las diferentes formas de pago. Pero en este contexto, las nuevas tecnologías se abren paso y el pago con el móvil es ya una realidad, aunque a pequeña escala. Pese a todo, la historia de las tarjetas parece que tendrá aún un largo recorrido.

La historia en el Estado comenzó con la ambición del banco bilbaíno, que ahora integra el grupo BBVA. Ya a finales de la década de los 50, en el siglo pasado, directivos del banco viajaron hasta Nueva York para estudiar in situ los avances del mercado. Así, a finales de los años 60 la entidad ya se había afincado en la ciudad de los rascacielos. Fruto de esos trabajos, en 1970 firmaron un contrato de adhesión al sistema de tarjetas BankAmericard, con el Banco de América, lo que posibilitó la llegada de aquel primer 'plástico', que permitía el pago total a fin de mes o el aplazamiento del 10% del saldo dispuesto. Con un límite de 25.000 pesetas, la tarjeta pionera era operativa en Madrid, Barcelona y Bilbao. Hoy, cuarenta años después, el 99,5% de los comercios disponen de datáfonos para poder usar tarjetas, pero en 1971 fue todo un hito que 5.200 comercios se adhiriesen a la lista en los tres primeros meses.

La "bilbainada", como lo denominó Germán del Valle, director comercial de la Territorial Norte de BBVA, -el pasado miércoles durante los actos conmemorativos del aniversario- "es que algo que alguien soñó que podría tener una previsión de 215.000 tarjetas, nos haya llevado a tener operativas más de 53 millones, cuarenta años después". Y es que a finales de aquel 1971 el Banco de Bilbao ya había emitido 742.000 'plásticos', rompiendo las previsiones.

Del calco a lo digital Las nuevas tecnologías se han ido aliando con la industria financiera en estos cuarenta años. Hoy, los datáfonos inalámbricos son una realidad, gracias a las tarjetas sim integradas en los aparatos, pero en 1971 las tarjetas ni siquiera tenían banda magnética, ni mucho menos chip de seguridad. Cuando alguien usaba la tarjeta, los comerciantes calcaban el plástico sobre recibos autocopiativos, a través de las llamadas máquinas zip-zap o bacaladeras. Así, el titular conservaba un resguardo, el comercio otro y el tercero iba a los centros de procesamiento de la entidad, que revisaban los comprobantes y eran los encargados de autorizar vía telefónica las compras de más de 3.000 pesetas. Banco de Bilbao pasó de 3 a 15 centros operativos en menos de un año. Aún hay comercios que conservan aquellas pioneras máquinas.

Los hitos no tardaron en llegar. Ese mismo año diferentes bancos ya habían lanzado al mercado sus tarjetas, aunque el gran salto llegó en 1976, con el nacimiento de Visa. Eran los años de implantación y extensión de la tarjeta bancaria. Con el nacimiento de Visa se dio la apertura a todas las entidades financieras del mundo.

En los años 70, el Bank of America renunció al control del programa BankAmericard. Los bancos que emitían BankAmericard tomaron el control del programa, formando la National BankAmericard Inc. (NBI), una corporación independiente, sin acciones, que administraría, promovería y desarrollaría el sistema BankAmericard dentro de los Estados Unidos. Fuera de EE.UU., el Bank of America continuó otorgando licencias a los bancos para emitir BankAmericard. Así en 1972 existían licencias en 15 países. En 1974, se fundó Ibanco, una corporación multinacional de miembros, sin acciones, que administraría el programa internacional de BankAmericard. En muchos países había resistencia a emitir una tarjeta asociada con el Bank of America, aunque se tratara de una asociación solamente nominal. Por esta razón, en 1977 BankAmericard se convirtió en la tarjeta Visa, reteniendo sus bandas azul, blanca y dorada. NBI, por su parte, cambió su nombre a Visa U.S.A. e Ibanco se convirtió en Visa International.

Años más tarde la informática dio pie a una nueva era. Apareció Servired como primera red de cajeros integrados y emergieron los primeros datáfonos como reemplazo de las primeras bacaladeras, ya en los 80. También surgirían entonces las tarjetas de débito que, al ejecutar el cargo con carácter inmediato, exigían comprobar el saldo disponible en cuenta por medios telemáticos. En los 90, por su parte, terminaron de emerger las distintas tipologías de productos y modalidades de pago actuales.

Innovación Cuentan los responsables de las formas de pago del BBVA que la historia de la tarjeta de crédito es, "una historia de innovación". De hecho, Juan de Lapuerta, director de medios de pago y transaccionalidad de España y Portugal de BBVA resalta que "la búsqueda de innovación nos llevará a nuevos escenarios y quizá dentro de quince años veamos este como el inicio de una nueva historia".

Y es que la implantación de los pagos a través de Internet y los sistemas de pago a través de las terminales móviles son ya una realidad. Como el sistema prepago, que en otros países europeos ya está afianzado y que en España "estamos seguros que se impondrá". Se trata de una tarjeta que se recarga y que funciona como las de las compañías de telefonía, en función de las necesidades "con todas las ventajas que ello supone para el cliente", recalca Fernando de la Rica, director de medios de pago para particulares de BBVA.

Las tarjetas no han dejado de crecer en 40 años, pero ahora nuevos caminos se atisban en el horizonte. BBVA, cuenta con 53 millones de tarjetas bancarias en circulación y una facturación con tarjetas superior a los 23.400 millones de euros en 2010, según datos facilitados por Juan de Lapuerta. Pero el crecimiento de los ingresos por este concepto se situó por debajo de los dos dígitos por primera vez en 2008. "Antes de la actual crisis financiera, BBVA facturaba anualmente entre el 15% y el 20% con las tarjetas bancarias. En 2009-2010 ha habido un ligero repunte del crecimiento de entre el 4% y el 5% pero con pendiente plana. Este año esperamos seguir en la misma línea y alcanzar 15.700 millones de euros". En España, BBVA cuenta con 10 millones de tarjetas, unas 215.000 solo en Bizkaia.

Y es además de la crisis, las tecnologías dan paso a nuevas formas de pago, lo que explica la bajada. Las entidades se han aventurado en el desarrollo de nuevas formas de pago, como el pago con el móvil. "Ya desde 2001 el móvil entra en juego, con las alertas", afirman en BBVA. En 2007, la entidad fue pionera con una prueba piloto con terminales con el sistema NFC, que permite pagar acercando el teléfono al datáfono, con el sistema Contact Less. "Ahora ya no es un experimento y tenemos la primera experiencia real, con ambición de ser permanente, en Madrid, junto a nuestro socio Telefónica". Los directores de BBVA lo tienen claro. "El sistema se impondrá y los problemas que se intuyen de seguridad son más una percepción que una realidad, porque el móvil es incluso hasta más seguro. Además del PIN de la tarjeta también está el del propio terminal". De momento, "la consigna es la misma que hace cuarenta años, seguir avanzando día a día". "El pago con el móvil funcionará cuando para el cliente su uso sea más cómodo que el de la tarjeta".

De momento el pago con el móvil, sin embargo, es algo lejano y las tarjetas, aquel pionero 'plástico' de 1971, sigue teniendo una gran cuota de mercado. El banco, que preside Francisco González, prevé para este año un crecimiento moderado de los ingresos generados por compras con tarjeta, en línea con el del conjunto del sector financiero, y con el experimentado por la entidad en el pasado ejercicio, tras el estancamiento registrado en 2009. Nada hace indicar por el momento que la historia surgida en Bilbao pueda tener un fin cercano.

El banco bilbaino celebra ahora las cuatro décadas "del pago sin dinero" y lo hace lanzando una tarjeta conmemorativa con un diseño que rememora al de aquella primera. Además, quieren reconocer la fidelidad de los clientes que empezaron a usar los plásticos del Banco de Bilbao y los del resto del grupo en la década de los setenta y que hoy día siguen utilizándolos. En total, unas 40.000 personas, de las cuales 3.500 se ubican en Bizkaia. Estos cuarenta años de historia de la tarjeta bancaria podrán repasarse también en una exposición itinerante que recorrerá Barcelona, Madrid, La Coruña, Valencia, Sevilla y Las Palmas, y que hasta el día 8 de junio podrá visitarse en la sede de BBVA en la Gran Vía bilbaina.