Con la llegada de agosto, miles de trabajadores tratan de desconectar del trabajo, pero no todos lo consiguen. Un abogado laboral ha lanzado un mensaje en redes que se ha hecho viral precisamente por poner en voz alta una realidad que muchos temen señalar: “En vacaciones, los móviles del trabajo apagados, los grupos del trabajo silenciados y a tu jefe no le respondas”. Y añade: “La empresa tiene obligación de dejarte tranquilo”.

Lo que parece una obviedad todavía está lejos de ser una práctica generalizada. Según afirma éste abogado, las fronteras entre lo personal y lo profesional se han diluido tanto que, incluso durante los días de descanso, son muchos los trabajadores que sienten la obligación de seguir disponibles: "por si acaso", "porque me necesitan", "para que no piensen que paso". Pero lo cierto es que las vacaciones no son una guardia encubierta, y ningún empleado tiene el deber de atender llamadas, correos o mensajes durante ese periodo.

El derecho a desconectar existe

En el Estado, la Ley Orgánica 3/2018 sobre protección de datos personales y garantía de los derechos digitales reconoce expresamente el derecho a la desconexión digital. Esto significa que los trabajadores tienen derecho a no ser contactados fuera de su jornada laboral y, especialmente, durante vacaciones, fines de semana y festivos, salvo que exista una causa urgente prevista en el contrato.

Una mujer disfruta de sus vacaciones en una playa del Caribe. Freepik

La ley también obliga a las empresas a establecer políticas internas que garanticen ese derecho y promuevan un "uso racional de la tecnología". No es solo una cuestión legal, sino de salud mental y prevención de riesgos psicosociales. Responder mensajes de trabajo mientras estás de vacaciones no es compromiso: es sobrecarga encubierta. Por esta problemática ,muchos regresan al trabajo más agotados que cuando se fueron.

La presión de estar disponible

En muchas empresas persiste una cultura de disponibilidad constante que se disfraza de responsabilidad. Hay jefes que escriben en vacaciones sin reparo, correos que llegan de madrugada, o grupos de trabajo que siguen activos sin descanso. Y aunque la respuesta no sea obligatoria, la presión silenciosa de contestar sigue existiendo, por miedo a “quedar mal” o a que lo usen en tu contra.

Una joven mira con ansiedad su teléfono móvil. Freepik

Esto tiene un coste: ansiedad, irritabilidad, fatiga crónica. Y no es menor. El descanso parcial no es descanso, y el deterioro que causa puede afectar tanto al rendimiento como a la salud. Como dice el abogado en su vídeo: “Vamos a descansar un poco, que si no después esto pasa factura”.

¿Qué puedes hacer si tu empresa no te deja desconectar?

Si la empresa te contacta de forma reiterada durante tus vacaciones o espera que sigas disponible fuera del horario laboral sin justificación, está vulnerando tu derecho a la desconexión digital. Y puedes reclamar.

Primero, puedes comunicarlo internamente al responsable de Recursos Humanos o al delegado sindical. Si no hay respuesta o se repite el patrón, puedes presentar una denuncia ante la Inspección de Trabajo. En casos graves o reincidentes, también puedes acudir a los tribunales, ya que se trata de una infracción que puede dar lugar a sanciones para la empresa.

Como afirma el abogado en su vídeo: “Hasta que no reclames, no te van a dejar tranquilo”.

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Desconectar sigue siendo una asignatura pendiente

Aunque la ley protege la desconexión, la realidad es que una parte importante de los trabajadores del Estado no logra desconectar realmente durante sus vacaciones. Según el último Barómetro InfoJobs sobre Desconexión Digital de 2024, más de la mitad de los empleados admite haber contestado mensajes o correos del trabajo mientras estaba de vacaciones. Además, un número significativo reconoce haber recibido llamadas de sus superiores fuera del horario laboral, lo que refuerza la sensación de que la frontera entre el tiempo libre y el trabajo sigue siendo difusa.