NO es casualidad lo de Rui Costa. Es un experto a la hora de resolver estas situaciones. El portugués sabe manejar mejor que ninguno finales como el que hemos visto en Lekunberri en una etapa con aroma a clásica. Lo ha hecho todo bien Rui Costa, que aún mantiene esa punta de velocidad que le ha definido durante su carrera. Además, es un ciclista muy listo, que sabe de sobra la forma de rematar. El portugués ha tenido suerte cuando Kämna, que ha corrido perfecto, se ha ido a la hierba en el descenso. El alemán ha arriesgado y se ha caído. Eso ha beneficiado a Rui Costa. No tengo duda. Sin la caída, creo que la victoria hubiera sido para Kämna. A partir de ahí, hemos entrado en el terreno del portugués. Buitrago tiene punta de velocidad, pero es inferior a Rui Costa, al igual que Kämna. En el final, el luso ha mantenido la calma y ha rematado como se esperaba. Hemos visto este tipo de finales muchas veces con él como protagonista y la mayoría de veces sale ganador. Eso es por algo. No es suerte ni casualidad. Más allá de su victoria, la etapa nos ha dejado otra vez a Evenepoel como gran protagonista. Después de vencer en Belagua, un modo de redimirse tras dejarse 27 minutos en el Tourmalet, el belga ha aparecido de nuevo con idea de hacerse notar. Está claro que aún tiene el orgullo herido. Él solo ha formado la fuga que finalmente ha llegado a meta. Era un día claro para que la escapada triunfara. En cuanto a la general, el UAE ha tratado de meter a Soler en la escapada, pero el Jumbo no ha dudado entonces. Vingegaard ha salido tras él y a su rueda, Kuss. El Jumbo controla la carrera y sabe que si ata a los UAE tiene al resto bajo su dominio. Llegamos al segundo día de descanso con la Vuelta más cerca del Jumbo.

El autor es director deportivo del Grupo Eulen-Nuuk