Iker Zabala Elizondo es el entrenador de moda en el mundo del remo. En las últimas temporadas ha logrado la victoria en cuatro ediciones consecutivas de la Eusko Label Liga, dos con Santurtzi y dos con Urdaibai, además de imponerse en las tres últimas banderas de La Concha.

Zorionak por el temporadón que han completado. Parecía difícil mejorar los excelentes resultados de la temporada pasada pero lo han conseguido.

—Eskerrik asko. La temporada ha sido excepcional. Desde las regatas de pretemporada, trainerillas, campeonatos de Bizkaia y Euskadi, once victorias en la Eusko Label Liga, la bandera de La Concha con triunfo en las dos jornadas y como guinda la bandera de Bermeo que no ganábamos desde hace años.

Vino usted a Bermeo para devolver a la trainera local a lo más alto y ha logrado dos dobletes en dos años. No se puede pedir más.

—Mi objetivo al venir a Bermeo era el de recuperar la competitividad para intentar devolver a la trainera del pueblo a lo más alto. En mis muchos años como remero de la Bou Bizkaia logramos ganarlo todo. Posteriormente tuve la oportunidad de dirigir la embarcación de Santurtzi y logramos dos ligas y una Concha. Ese éxito quería sentirlo como entrenador en la trainera de mi pueblo y estos muy contento con lo que hemos logrado en estos últimos dos años. Hemos trabajado mucho y bien y ahí están los resultados

En el aspecto personal, lleva cuatro victorias en la Eusko Label Liga y tres Conchas de manera consecutiva.

—La verdad es que no me puedo quejar. Como remero tuve la oportunidad de ganarlo todo y como entrenador las cosas me están yendo muy bien. Me considero un técnico joven. Voy adquiriendo experiencia tras haber dejado de remar hace pocos años y tengo la sensación de que todavía no soy un entrenador top. Si miramos los resultados, están siendo inmejorables con cuatro ligas y tres Conchas de manera consecutiva. Desde el punto de vista personal están siendo años fantásticos.

Campeonatos de Bizkaia y de Euskadi, once banderas en la liga, entre ellas la de Zarautz, y victoria en las dos jornadas de La Concha. ¿Qué les ha quedado por ganar?

—Este año, y se lo he dicho a los remeros, he pasado un verano muy tranquilo. Tengo la sensación de haber ganado lo que hemos querido y cuando hemos querido. No me ha quedado ninguna espina clavada. Los nervios y dolores de cabeza han llegado al terminar la temporada y comenzar a preparar el equipo del año que viene.

También se han producido malos resultados. ¿Provocaron dudas en el seno del equipo?

—Hablar de malos resultados cuando hemos ganado más de la mitad de las regatas en las que hemos participado, no me parece una lectura objetiva. En cada regata competimos con otras once embarcaciones y quedar en primera posición no resulta nada fácil. Cuando no hemos podido ganar hemos seguido con nuestro trabajo y pocas horas más tarde ha llegado la reacción.

Si es cierto que cuando introducía varios cambios en la tripulación, el bote no andaba de la misma manera.

—Es cierto. Y uno mismo se cuestiona por qué la trainera no anda lo mismo cuando introduces algunos cambios, cuando se trata de remeros de calidad contrastada. La tripulación está compuesta por catorce deportistas y es imposible saber lo que pasa por la cabeza de todos y cada uno de ellos. Es algo inexplicable, pero este año se ha visto claramente que al introducir cambios, pese a tratarse de remeros de gran nivel, el rendimiento de la trainera ha bajado.

Los tres remeros canteranos han tenido que bogar en todas las regatas de la liga. ¿Es ese el punto débil de Urdaibai?

—No cabe duda. Tampoco andamos sobrados de remeros propios. Parece que se ha abierto un debate sobre la idoneidad de aumentar el número de canteranos en cada regata. No sé cuál es el interés real de ese planteamiento. ¿Se trata de dar solución a los graves problemas que acucian al mundo del remo o de defender los intereses particulares de algunos clubes para que la trainera de Urdaibai no navegue tan rápido? Existe un interés para frenar a traineras como la nuestra o Zierbena. Yo creo que el debate tiene que ser serio y profundo. Entre todos tenemos que analizar la situación que atraviesa nuestro deporte y buscar soluciones. En este momento veo muy negro el futuro del remo y no creo que la solución sea la de obligar a introducir más canteranos en la trainera. Me parecería mas acertado obligar a alinear más remeros jóvenes. No se está produciendo un relevo generacional y cada vez es menor el número de bogadores en categoría senior. Creo que existe una gran hipocresía en este debate, y si seguimos así pienso que el remo no tendrá mucho recorrido.

En el recibimiento tributado por la afición tras la última jornada de liga, usted hizo autocrítica y subrayó la necesidad de trabajar la cantera.

—En la actualidad apenas tenemos remeros en las categorías inferiores. El pabellón está muy triste. Las victorias y banderas que consigue la trainera senior están muy bien pero tenemos que trabajar con las categorías inferiores y lograr que chicas y chicos se acerquen al club para practicar del deporte del remo. Hay que hacer autocrítica y buscar fórmulas para atraer a los jóvenes. No será fácil pero el club está trabajando en ello.

Les acusan de ser una selección y hay quien llama “mercenarios” a sus remeros.

—Me duele mucho escuchar esas cosas y desgraciadamente no es algo nuevo y exclusivo para Urdaibai. Ya pasaba con Kaiku, Astillero, Castro, Santurtzi, etc. La gente no sabe lo que gana un remero y llamarle mercenario me parece muy feo e injusto. Me gustaría saber lo que ganan los entrenadores y remeros de todos los clubes y con esos datos en la mano creo que a más de uno se le abrirían los ojos. En el deporte y en la vida en general, siempre se trata de restar méritos al que gana. Cada club trata de utilizar los medios a su alcance para intentar completar la plantilla más potente posible.

¿Qué le parecería que la ACT decidiera incrementar el número de remeros canteranos y propios en cada regata?

—La ACT es una asociación privada en la que los clubes adoptan las decisiones que estiman oportunas. Aumentar el número de remeros canteranos en cada regata creo que sería perjudicial para el remo porque muchos clubes no dispondrían de tantos canteranos y no podrían sacar trainera. Hay quien considera que sería una medida positiva pero yo tengo claro que sería la puntilla que terminaría por cargarse el remo. Insisto en la necesidad de abordar un profundo análisis de la situación que atraviesa este deporte para una vez realizado el diagnóstico adoptar las medidas necesarias.

Supongo que ya ha comenzado a confeccionar el equipo de la próxima temporada. Visto lo visto, supongo que mantener el bloque sería mejor que cualquier fichaje. Dicen que lo que funciona, mejor no tocarlo.

—No tengo la menor duda. Me daría con un canto en los dientes si la próxima temporada pudiera contar con el mismo equipo que este año. Por parte del club y por mi parte nos gustaría que siguieran todos, pero tenemos que respetar la decisión que adopten los remeros. Una vez finalizada la temporada les he dado quince días de tranquilidad. No creo que ninguno de los remeros de Urdaibai decida marcharse a otro club pero si cabe la posibilidad de que algunos decidan dejar la práctica del remo. En cualquier caso, yo no me voy a quedar con los brazos cruzados y trabajo todos los días para tratar de que Urdaibai disponga del mejor equipo posible la próxima temporada.

¿Qué ha sentido al ver descender a la trainera de Santurtzi, un club en el que trabajó durante cinco años y llevó a ganar dos ligas y una Concha?

—Ha sido doloroso. En mi última regata como remero de Urdaibai, en septiembre de 2016, logramos ganar la bandera de Bermeo y yo sabía que el año siguiente iba a entrenar a Santurtzi. Ese mismo día cayó a la ARC-2 y yo confirme mi compromiso con el club Itsasoko Ama. Siete años más tarde, en el mismo escenario, y yo como entrenador de Urdaibai, la Bou Bizkaia se lleva la bandera y la Sotera da un paso decisivo hacia el descenso. Muchos de esos remeros han estado conmigo y han gozado y sufrido las dos caras de la moneda. En cualquier caso, Santurtzi es un gran club con una afición espectacular y estoy seguro de que más pronto que tarde volverá al lugar que le corresponde en la máxima categoría del remo.