Ver la figura de Jon Unanue (Azkoitia, 1988) en las tostas de la Bou Bizkaia es ya una costumbre. El remero guipuzcoano es uno de los fijos en las alineaciones de Urdaibai y es extraño que se pierda una regata, sobre todo las más prestigiosas. Sin embargo, esta historia comenzó “casi de casualidad” y pudo ser muy diferente. La infancia de Unanue no desarrolló entre botes y en pantalanes. Lo suyo fue el frontón. Preparar tacos antes que estrobos. Pero el remo se cruzó en su vida y ya no se marchó. Encontró una pasión y peleó por ella. El club bermeotarra le llamó debido a su necesidad de tener canteranos en su alineación y tras años de duro trabajo, de adaptarse a un deporte desconocido para él, el azkoitiarra consiguió hacerse un hueco en la trainera y se agarró con fuerza a esa oportunidad para ya no soltarla más.
El remo en Azkoitia es un deporte muy poco común. La pelota reina, sobre todo hace unos años, y Unanue, como todos los niños de su generación, fue un asiduo de los frontones. “Ahora está un poco decaído, pero en Azkotia antes todos los chavales jugábamos a la pelota. Era un deporte entre amigos, para disfrutar. Con el paso de los años lo dejé y empecé con el remo”, cuenta. Fue una época de gozar con los amigos, disputar un deporte con el único fin de divertirse. Aun así, no le fueron del todo mal las cosas al actual remero de Bermeo y logró ganar la txapela del Interpueblos de Gipuzkoa como zaguero. “Aunque yo era muy malo, me faltaba pegada y mi pareja era el que compensaba”, recuerda entre risas.
Siempre teniendo claro que la pelota era un deporte “para disfrutar” y que sus posibilidades de dar el salto a profesionales eran prácticamente imposibles, Unanue decidió dejar la pelota. Así, ya retirado, el azkoitiarra participó en un triatlón indoor donde el ergómetro era una de las pruebas. Destacó con creces y pronto le llegó la llamada de Urdaibai. “Ya la historia me parece hasta rara ya. Al final en Bermeo faltaban canteranos y me llamaron a ver si quería probar. Me presenté en un entrenamiento, me gustó el rollo que había y casi sin darme cuenta ahí me metí y todavía seguimos”, explica. El remero de la Bou Bizkaia pasó de ser uno más dentro del deporte mayoritario del pueblo a convertirse en protagonista en una modalidad extraña para la gente de Azkoitia.
Aunque no fue sencillo formar parte de la tripulación de la Bou Bizkaia. El potencial y las capacidades de Unanue eran altas, pero su técnica y experiencia todavía necesitaban de muchas horas de agua. “Los primeros entrenamientos fueron muy jodidos. Era un invierno duro, no sabía dónde me metía, ni acertaba la pala? Un calvario la verdad, pero había que empezar de algún punto”, afirma. Fue cedido a Zarautz porque “evidentemente no daba el nivel todavía” y ahí fue forjándose hasta ganarse el puesto, siempre con la misma idea en la cabeza: “Pretendía volver a Bermeo para meterme en el bote. Era lo que pensaba todo el rato y quería aquello por todo del mundo. Me esforcé y poco a poco han ido saliendo las cosas”. El duro trabajo llegó con recompensa. Se ganó el puesto en la Bou Bizkaia y también conoció lo que era conquistar títulos. Tres Banderas de La Concha, una cantidad enorme de regatas ganadas y una liga de la ACT que este fin de semana pretende revalidar con su equipo.
RECARGAR MORAL Salvo sorpresa, Unanue será titular en Urdaibai, que se juega hoy y mañana la Eusko Label Liga. La Bandera de La Concha fue un mazazo para los bermeotarras, pero no les queda otra de olvidar el pasado y centrarse exclusivamente en el presente. “Los primeros días de la semana han sido muy duros, hemos recibido un gran golpe. Pero así es el deporte. A veces toca vivir lo dulce, otras lo duro. Ahora toca remontar y darle la vuelta a esto porque nos jugamos la liga”, afirma Unanue. La Bou Bizkaia parte con tres puntos de ventaja sobre Hondarribia, un importante colchón al que agarrarse. Aun así, los entrenados por Joseba Fernández no quieren sustos y esperan sentenciar la competición en la regata de casa. “Tenemos un pequeño colchón, pero no nos podemos confiar. En Bermeo tenemos que hacer las cosas bien para no llegar con todo en el aire el domingo, sería un papelón. Esperemos que Bermeo se tiña de azul mahón, a ver si hacemos lo nuestro bien y somos capaces de ganar la bandera de casa”, apostilla.