DOnostia. Un hecho. Dos versiones. Una resolución y muchas reacciones. Urdaibai vio cómo en un abrir y cerrar de ojos su sueño se convertía en pesadilla. Los bermeotarras se veían ganadores y cuando los jueces decidieron descalificar a la Bou Bizkaia, los gritos de jubilo se transformaron en sollozos. Gorka Aranbarri y los suyos estaban desolados. Lagrimas de pena por volver a casa sin la bandera y palabras llenas de rabia al ver cómo lo que creían suyo les era arrebatado tras una larga espera.
Una incertidumbre que mantuvo en vilo a casi todos. Los jueces deliberaban mientras los tripulantes de la Bou Bizkaia esperaban en el barco para recoger la bandera, que pensaban que iría hacia Bermeo. "Lo peor es esto, tener que esperar. Está claro que nosotros hemos sido los mejores en La Concha. El que decide lo que ha pasado es el juez de mar y nos ha dicho que nada, por lo que nos hemos apartado. Es un poco agónico estar así en lugar de estar celebrándolo con la afición", declaró Gorka Aranbarri, antes de conocerse la resolución final. Una decisión que hundió completamente al patrón donostiarra, que a partir de que supo que La Concha era hondarribitarra no quiso hablar más y se retiró desolado. Los remeros tampoco se lo podían creer. "No hemos perdido, nos la han robado", comentó Carlos Mañas, visiblemente enfadado. Por su parte, Iker Zabala afirmó que "es lo más duro que he vivido en mis años de remero".
El enfado de los tripulantes de la Bou Bizkaia era más que evidente y ni su propio entrenador pudo apaciguar la ira de los suyos. "Aquí el problema es que el entrenador ha intentado mantener la calma y la paz, pero el entrenador ahora mismo, dentro de sí, tiene un puto infierno. No sé lo que voy a hacer para levantar el ánimo de los remeros. Mañana saldrá el sol y seguro que habrá cosas mucho más importantes que esto. Pero eso será mañana. Dentro del entrenador hay un volcán, un tigre, un cocodrilo.... Todo lo peor. Me han hecho mucho daño. Jamás lo olvidaré", declaró Jon Salsamendi, al borde del llanto. Una de las cosas que más indignó al entrenador de Urdaibai fue la manera de hacer las cosas. "Lo que hay que hacer es evitar situaciones como esta. Si la forma de deliberar es a base de reuniones entre árbitros, con horarios, etcétera, lo que hay que hacer es suspender automáticamente el protocolo de entrega de bandera. Hay que suspenderlo. Que la gente se vaya, que se enfríe, que cada uno monte sus remolques y que pongan una cita, a una hora, donde se va a entregar la bandera al que ellos consideren que es el ganador. Pero además de vivir lo que hemos vivido, tener que ver cómo te ondean la bandera a un metro de tu cara...", apostilló Salsamendi.
Versión de Urdaibai
Por su parte, Josu Zabalondo comentó cómo había vivido esos minutos desde fuera: "Ha habido un toque de palas, pero he estado hablando con varios entrenadores de otros clubes y me han dicho: Os la han jugado. Y además os la ha jugado el patrón de Hondarribia, porque ha visto que os estábais yendo a su calle y ha arrimado el bote al vuestro para que haya ese toque. Yo no discuto que estábamos en su calle y después nos hemos salido. Que ha habido un toque, sí, pero no creo que haya influido. Me dan ganas de no volver más". El presidente de Urdaibai añadió: "Me ha dado mucha pena ver a gente de otros equipos esperando a que llegásemos para meterse con nosotros". Sin embargo, Zabalondo no se da por vencido y prometió pelear por la bandera hasta el último momento. "Primero en el agua nos dan la bandera a nosotros y en un despacho se ha decidido cambiar la decisión del juez. Estamos muy enojados, pero esto no lo vamos a dejar así. Hemos hablado con el abogado. No sabemos todavía cómo es el nombre del juez de agua, pero no se puede cambiar así la opinión que tenía en el agua y luego tener otra en tierra. Estamos muy enfadados", concluyó. Tampoco aceptaron la derrota los propios bermeotarras, que, por la tarde, arroparon a los suyos en su llegada a casa y les vitorearon como si fueran los auténticos ganadores.