Acabó el partido y Danel Elezkano lanzó un grito lleno de sentimientos. El cartón 22 hizo que la alegría inundara su cuerpo y toda su tensión contenida saliera con fuerza. Fue una victoria y también una redención. Se quedó fuera del campeonato la temporada pasada después de haber salido campeón y fue capaz de superar ese mazazo para volver más fuerte aún. El zaratamoztarra se apoyó en los suyos y consiguió dar la vuelta a la situación, ser de nuevo un pelotari capaz de pelear por las txapelas y en este Parejas el círculo se ha cerrado de la mejor manera posible, de nuevo con el título en su haber. Ha sido una victoria por el trabajo y por la regularidad mostrada. El delantero vizcaino y José Javier Zabaleta han sido los mejores del campeonato desde el principio hasta el final. Vencieron en la liguilla de los cuartos, arrasaron en las semifinales y la final de ayer domingo ante Jon Ander Peña y Jon Ander Albisu fue la guinda a una actuación de diez.

En la adversidad, Elezkano encontró la roca más fuerte a la que agarrarse. Personas que no le fallaron cuando más lo necesito y le ayudaron a seguir entrenando con fuerza para volver a la cima. "Todos los pelotaris tenemos momentos mejores y peores. Me ha tocado pasarlo mal y, sobre todo, en esos momentos he notado todo el rato el cariño de la familia, de mi chica y de mis amigos. Eso para mí vale más que cualquier título. También quiero acordarme de Aitor Erauzkin y Volker Tarnow, que me ayudaron a entrenar con más ganas en los momentos malos y una parte de la txapela es de ellos", afirmó sin dudar el de Zaratamo, que también dedicó esta victoria a la persona que le inculcó el amor por la pelota: "Cada partido y cada pelotazo que doy es para mi padre. Porque es el que más me enseñó y porque le echo mucho de menos. Sé que desde dónde esté habrá disfrutado".

El campeonato fue especial para Elezkano por su significado y también por la persona con la que jugó. "Cuando vine a Aspe me tocó jugar los primeros torneos con José y me ayudó mucho. Jugamos un Parejas juntos, en las semifinales me lesioné y no pude terminar el campeonato. Teníamos pendientes algo y creo que como pareja nos merecíamos un momento así", declaró. Esa compenetración fue evidente también en la cancha. Zabaleta se llevó numerosas loas durante todo el Parejas, pero Elezkano dio una clase magistral de cómo jugar con un zaguero dominador. Tomando siempre la decisión correcta. Ejerció de apoyo de lujo con el viento a favor y cuando las cosas se complicaron tampoco dudó a la hora de tomar más riesgos de los habituales, saliendo victorioso en la mayoría de las ocasiones. La final de ayer fue otro ejemplo más de su conocimiento del juego: "Desde el principio José me decía que fuese sin miedo para adelante. La pelota me salía muy rápido y notaba que hacía daño. Cuando le he visto a José disfrutar, ha habido pelotas que le tenía que dejar porque cada vez que la cogía hacía muchísimo daño y marcaba la diferencia. Hemos hecho un grandísimo trabajo como pareja".

Este nivel estuvo presente en la final y también fue la tónica de todo el campeonato. "Hemos hecho un Parejas muy regular y hemos tenido la suerte de llegar bien a la final", comentó Elezkano. El desenlace más deseado en un campeonato que empezó a ganarse antes de su descorche.

"En los momentos malos he notado el cariño de los míos. Eso vale más que cualquier título"

Delantero de Aspe