- Aimar Olaizola y Beñat Rezusta son una pareja incómoda, desesperante incluso. Cubren la cancha con suma facilidad. Anticipan los golpes de sus rivales y siempre aparecen en el lugar adecuado. No hay tanto sencillo contra ellos. Pero no solo en defensa sobresalen, también en ataque son un quebradero de cabeza. A los siempre comprometidos golpes del zurdo de Bergara, hay que sumarle la amenaza constante que supone la figura de Olaizola. El choque de ayer ante Mikel Urrutikoetxea y Ander Imaz fue el ejemplo perfecto. El zaratamoztarra y el zaguero de Oiartzun crecieron durante el encuentro y, pese a un mal inicio, le dieron la vuelta a la situación para endurecer el choque y obligar a los colorados a desenvolverse en defensa. Sin embargo, se encontraron con una muralla. Dos pelotaris que devolvieron todo y además castigaron a la mínima oportunidad. Así, Urrutikoetxea e Imaz pronto se vieron descolgados en el marcador y perdieron por 22-11.

A pesar de la derrota, en el juego del zaratamoztarra y del guardaespaldas de Oiartzun se vio un paso adelante, una mejoría con respecto a los encuentros anteriores que solo quedó reflejada en ciertos momentos de choque y los dientes de sierra que mostraron fue un lastre importante. En esas buenas fases de juego, Urrutikoetxea dejó detalles de calidad. El delantero vizcaino no se arrugó y cargó el peso de la pareja sobre sus espaldas. Buscó el remate constantemente y trató de ayudar a su compañero. Sin embargo, en los cuadros alegres se encontró con Olaizola. Compañero en muchas batallas y entrenamientos y un rival que le conoce a la perfección. El goizuetarra leyó casi todos los remates y evitó que los azules se reengancharan en el partido.

El encuentro quedó decidido desde los primeros pelotazos. Urrutikoetxea e Imaz salieron fríos y cometieron demasiados errores, lo que les hizo colocarse 5-1 en el marcador en un abrir y cerrar de ojos. A partir de ahí, hubo una cierta mejoría, pero el buen hacer de Olaizola y Rezusta les impidió acortar distancias. Los azules sacaron mayor provecho de la situación cuando endurecieron los tantos y el zaguero de Bergara sufrió con el paso de los partidos, pero les faltó el colmillo para acabar y la defensa colorada hizo el resto para mantener su imbatibilidad.

JORNADA 3