Bengoetxea VI-Martija 22

Ezkurdia-Aranguren 14

Duración: 60:06 minutos de juego.

Saques: Ninguno.

Faltas de saque: Ninguna.

Pelotazos: 523 pelotazos a buena.

Tantos en juego: 12 de Bengoetxea VI, 3 de Martija, 7 de Ezkurdia y 2 de Aranguren.

Errores: 3 de Bengoetxea VI, 2 de Martija, 5 de Ezkurdia y 2 de Aranguren.

Marcador: 0-1, 0-2, 1-2, 1-14, 2-4, 2-5, 5-5, 7-5, 7-7, 10-7, 10-9, 18-9, 18-11, 19-11, 19-14 y 22-14.

Incidencias: Partido correspondiente a la undécima jornada de la liguilla de cuartos de final del Masters CaixaBank de la LEP.M disputado en el frontón Amazabal de Leitza. Buena entrada. En el primer partido, Salaberria-Ladis Galarza ganaron a Agirre-Ibai Zabala (19-22).

- ¿Dónde está la esencia de la pelota a mano? Se pueden valorar miles de respuestas, miles puntos de vista, pero Oinatz Bengoetxea siempre andará cerca de la ecuación, porque en su interior hay algo intangible, algo distinto. Algo que se tiene o no se tiene. Se nace con ello. Oinatz, que acaba de cumplir 36 años, sigue siendo un delantero travieso, de plaza, de los que levantan al público. Además, es gladiador hasta el tuétano. Pose de matador en el albero: sangre fría, esteticidad y riesgo. Es único. En definitiva, el leitzarra personifica la canalla, la alegría de vivir, el sacrificio y la eternidad de las obras de arte efímeras, esas que provocan que el respetable se frote los ojos ante lo increíble, como si Oinatz hubiera rozado la lámpara del genio, nombrando tres deseos: trabajo, espectáculo y ambición. El tríptico de la victoria.

¿Dónde está la esencia? Oinatz es la esencia.

Y Bengoetxea VI fue profeta en su tierra, porque sembró tempestades en los cuadros alegres, dominando a Joseba Ezkurdia. Y pudo reinar porque Julen Martija, su compañero, es un zaguero como la copa de un pino. Estuvo soberbio y superó de cabo a rabo a Aitor Aranguren.

Se repusieron los colorados tras encajar un 2-5 en los primeros compases. Bengoetxea VI expuso agresividad, pero no encontró premio ante un Joseba poderoso. Ezkurdia, que entró en el cuerpo a cuerpo, mandó un remate a la contracancha para abrir el abanico de picardías del leitzarra, veloz en defensa.

Los navarros se pusieron 7-5 en una tacada dura. Y, pese a un voleón y una cortada del arbizuarra (7-7), un gancho de Oinatz y un derechazo imperial de Martija al rebote pusieron los primeros ladrillos de la victoria. La distancia se amplió hasta el 18-9, en el que Aranguren dio un pelotazo en la cabeza sin consecuencias a Ezkurdia. Los azules solo maquillaron el luminoso hasta el 19-14. Un gancho, un dos paredes de cirujano y una dejada en la punta de Bengoetxea resolvieron la cita (22-14). En fin... la esencia.