Duración: 45:54 minutos de juego.

Saques: 1 de Jaka (tanto 6) y 1 de Altuna III (tanto 3).

Faltas de saque: 1 de Jaka.

Pelotazos: 342 pelotazos a buena.

Tantos en juego: 11 de Jaka, 4 de Albisu y 6 de Altuna III.

Errores: 3 de Jaka, 5 de Albisu, 5 de Altuna III y 1 de Imaz.

Marcador: 1-0, 1-1, 1-3, 3-3, 4-3, 4-4, 4-5, 5-5, 7-5, 7-7, 8-7, 8-8, 8-9, 9-9, 9-11, 11-11, 14-11, 14-13, 15-13, 17-13, 17-14, 21-14, 21-16 y 22-16.

Incidencias: Partido correspondiente a la tercera jornada de la liguilla de cuartos de final del Masters CaixaBank de la LEP.M disputado en el frontón Municipal de Cenicero. En el primer partido, Bakaikoa-Salaverri ganaron a Zabala-Ruiz (22-16).

Erik Jaka aplicó el bisturí en el frontón de Cenicero para seccionar el partido de la tercera jornada del Masters CaixaBank. En sus manos, en la habilidad de su remate, se erige la finura del orfebre y la imaginación del poeta. Más todavía cuando navega a favor de obra, alimentado por los soplidos de un Jon Ander Albisu de pulmón profundo. Cada uno de sus alientos es un huracán cuando se encuentra en estado de gracia. El zaguero de Ataun, un estupendo guardaespaldas, no necesita de la última losa para desmontar un partido. Si se adapta a la regularidad, los encuentros se transforman en un laberinto sin libro de instrucciones. El de Baiko realizó ayer una actuación soberbia que taponó las acometidas del venenoso Jokin Altuna, mágico en fogonazos -la estética de la dejada del 7-7 fue deliciosa y el dos paredes del 21-15, en el epílogo, digno de YouTube- pero desnortado ante la falta de oportunidades, y el siempre voluntarioso Ander Imaz, superado de cabo a rabo por su homólogo en los cuadros largos.

Bien es cierto que el remate es uno de los principales alimentos de la pelota a mano profesional y Jaka se abonó al festín, pero no solo de arquitectura vive el pelotari. Y, en ese magma, Albisu fue capaz de romper a volar. Fue el manista más activo del cuarteto en un choque rápido, que apenas duró 45 minutos en los que se cruzaron 342 pelotazos a buena, y el sustento de la contienda. Aligeró la carga de trabajo de Erik, cubrió cancha, castigó atrás, defendió y terminó cuatro tantos; entre ellos, dos rebotes (8-7 y 9-9) y un cortadón a la vuelta de un saque que dejó clavados a sus adversarios (13-11).

El oxígeno duró a Altuna III e Imaz medio partido. Hasta el 11 iguales se registraron otros siete abrazos en el marcador (1-1, 3-3, 4-4, 5-5, 7-7, 8-8 y 9-9) e incluso llegaron a ese punto con distancia (9-11). Mención especial merece el despliegue de los azules en el 4-3, un tanto en el que se vaciaron en defensa, se alternaron las posiciones y fenecieron con las botas puestas, pues un remate sobre la chapa del lizartzarra eliminó la resistencia de sus rocosos rivales.

Resistieron los azules hasta mitad de tajo, pero la calidez del pelotazo de Albisu, veloz y bien dirigido, terminó por pesar demasiado. Jaka se dio un banquete final a lomos del zaguero de Ataun, un aliado de talla gigantesca. Más aún si está en vena. Ayer lo estuvo. A raíz de ese instante, el incómodo Altuna III no pudo ni frotar la lámpara, obligado a entrar en posiciones extrañas y sin demasiadas opciones. Coleccionó caras y cruces. La pimienta se esfumó por arte de birlibirloque. Erik brindó a un centímetro de chapa, desde donde se fraguó gran parte de su exquisitez rematadora. Una tacada de seis tantos les parapetó al 14-11 y el 21-14. Ya estaba todo el pescado vendido. La diferencia fue notable.