ZUBILETA EVOLUTION ZUAZO: Ezbida, García, Velasco (3), Sánchez (3), Permach (1,) González, Isabel (3), Berasategi, Sarrionandia-Ibarra (5), Encina 85), Erauskin (4), Bengoetxea, Blázquez y Magdalena (2).

ZONZAMAS CICAR LANZAROTE: Sánchez, Martín, De León (1), Santana, Ingrid (2), Brenda (3), Reyes (7), Molina (1), Sánchez, Hiraldo, Menín (3), Machín (1), Isic y Bermudo.

Parciales: 0-0, 3-1, 5-3, 6-6, 8-6, 10-7 (al descanso); 13-8, 15-9, 18-11, 21-13, 24-14 y 26-18.

Árbitros: Enriqeu Pérez y Luis Diaz-Flores (C. Madrileño) excluyeron a las locales Encina (2), Blázquez y Magdalena; y a Maldonado, Molina (2), Hiraldo y De Almeida (2) por parte del Zonzamas.

- El Zubileta Evolution Zuazo tenía que ganar su encuentro ante el Zonzamas. El duelo era ante un rival directo por la permanencia y en Lasesarre. Así que el conjunto rojinegro estaba obligado a llevarse los dos puntos. Pero no se contentó con eso. Ayer, el equipo barakaldarra venció y convenció. Se divirtió sobre el parqué e hizo que se divirtieran también los de la grada. Demostró que sabe jugar a balonmano muy bien y, por segunda vez esta temporada, se llevó la victoria. De esta forma, el Zuazo se permite respirar en la tabla. Coger un poco de oxígeno para alejarse de los temidos puestos rojos y jugar con más soltura. Sin la presión de la soga al cuello.

Así se desenvolvieron ayer las entrenadas por Joseba Rodríguez. Con seguridad, confianza y calma. Como si la victoria no fuera necesaria. Y fue esa serenidad la que permitió a las rojinegras recrearse ante el Zonzamas. Porque el rival canario fue un títere a manos de un Zuazo que siempre dominó el marcador. De hecho, aunque el duelo comenzó fatal para ambos conjuntos, que protagonizaron un parcial entero en blanco, fueron las rojinegras quienes se asentaron mejor. Tiraron de defensa y sobre todo de portería para poner nerviosas a las de Lanzarote, que encadenaron demasiados errores. Así, el Zuazo se puso por delante en el luminoso y nunca más lo soltó. De esta forma, con la fe que les faltó en pasadas contiendas, las rojinegras jugaron de memoria y se marcharon al descanso con tres merecidos tantos de ventaja (10-7).

La segunda mitad no hizo más que ratificar la superioridad local. De hecho, el Zuazo se divirtió tanto que no sintió el cansancio de una intensa semana. Corrió a destajo, para arriba y para abajo; y movió el balón como quiso. Por lo que la distancia aumentó sin cesar y llegó hasta los diez tantos. Tan solo en el último parcial, con la victoria en el bolsillo, permitió acercarse a su rival.