Jon Rahm no tuvo un comienzo muy inspirado en el Fortinet Championship de Napa y firmó una primera tarjeta de 72 golpes, al par del campo Norte del Silverado Resort and Spa, que le va a obligar a mejorar su rendimiento hoy viernes para pasar el corte. Probablemente, el golfista de Barrika jugó lastrado por los problemas estomacales que pusieron en duda su presencia en el torneo en el que era la gran atracción ya que nunca lo ha disputado el número 1 del mundo. Rahm no participó el miércoles en el Pro-Am, una cita siempre necesaria para los patrocinadores, ni atendió a la rueda de prensa oficial. Ayer jueves tampoco se le vio por el campo hasta unos pocos minutos antes de empezar su vuelta y se llegó a pensar que iba a renunciar.

Pero, al final, salió y su resultado final dio cuenta de la irregularidad con la que se desenvolvió. Sin brillo en el juego desde el tee, ya que solo cogió un 42% de las calles, tuvo que aplicarse en los golpes de recuperación, pero tampoco en los greenes se mostró atinado y perdió casi dos golpes respecto a la media de la primera jornada. Con todo, Rahm pudo anotarse su primer birdie en el hoyo 16, su primer par 5 del día, gracias a un brillante tercer golpe que le dejó el putt casi dado.

Sin embargo, su vuelta no cogió vuelo mientras a su lado Si-Woo Kim y Max Homa escalaban a los puestos cabeceros. En el hoyo 3 llegó su primer bogey tras un recorrido lleno de fatalidades. Su salida acabó en una zona sucia entre árboles, de allí fue al bunker y su tercer golpe aterrizó en el rough que rodeaba la arena e, incluso, tuvo que meter un buen putt para salvar el bogey. En el 5, de nuevo visitó la arena en el segundo golpe, pero esta vez su salida fue perfecta y se dejó un putt de metro y medio para formar su segundo birdie. Deseando acabar su vuelta y marchar al hotel a descansar, aún sufrió otro bogey doloroso en el 7 ya que llegó tras un tripateo desde once metros.

El hoyo 9, otro par 5, era la última oportunidad para restar golpes, pero tampoco pudo precisar y viajó de la hierba alta a la arena para dejarse un complicado putt para birdie desde el collarín del green que no pudo convertir por poco. Fue el broche a una jornada dura en la que Jon Rahm no pudo cumplir con las expectativas, en esta ocasión porque la salud no le acompañó. Tras su vuelta, comentó que había pasado mucho tiempo en cama "y por eso no me he movido bien ni he tenido mucha lucidez en el campo" y que no comió nada durante todo el día.

"Bueno, he estado en peores. Ahora solo tengo que comer bien y recuperar el toque en los greenes", añadió Rahm, que explicó que no durmió bien la noche del lunes y que se empezó a sentir mal en los nueve hoyos de práctica del martes, "bastante peor que cuando di positivo por covid". "Ha podido ser un virus, que me ha afectado más por la carga de la temporada, pero ya me siento mejor. Espero descansar bien y comer bien para dar la vuelta a la situación mañana", concluyó.