EN el remo la Bandera de La Concha es la cima. Es el gran sueño de todos los remeros. Participar supone una satisfacción importante y ganar es lo máximo. Esa sensación la vivieron el pasado domingo las remeras de Arraun Lagunak al conseguir la primera Concha de su historia y en esa tripulación estaban Andrea Astudillo (Zierbena, 1999), Eztizen Duque (Portugelete, 1999), Laura Jaramillo (Sestao, 1996) y Marcia Larrea (Ondarroa, 1994). Cuatro vizcainas que además de hacer los esfuerzos propios que requiere este logro, también han tenido que vivir con otro tipo de sacrificios, con tener siempre la maleta preparada y estar constantemente viajando desde casa a Donostia para luchar por un sueño. Un constante desgaste que “ha merecido la pena”, indican las cuatro sin dudarlo.

Arraun Lagunak venció la Bandera de La Concha a lo grande. Ganó la clasificatoria y las dos jornadas tras derrotar en una ajustada batalla a Orio. Con la ventaja del día anterior en su poder y la renta de la que disponían en los últimos metros, Astudillo fue consciente de que la bandera no se podía escapar: “Veía que íbamos a ganar y lo iba celebrando ya durante la regata”. Cruzar la meta fue una mezcla de cansancio con felicidad. Coger oxígeno tras una regata durísima y asumir que eran las ganadoras. “Me tiré tres minutos diciéndome que había ganado La Concha. Fue increíble. Me acuerdo que el día anterior antes de dormir no quería pensarlo por si acaso y había pasado. En mi cabeza quería disfrutar el momento”, apunta Jaramillo.

Esa sensación de incredulidad se mantuvo con el paso de las horas. Al día siguiente, las remeras de Arraun Lagunak todavía seguían en una nube, sin asimilar al cien por cien lo que había ocurrido. “Tantos años estando terceras y cuartas, veíamos que este podía ser, pero hasta no vivirlo no me lo podía creer. El día anterior no quería pensar que iba a ganar para no llevarme el chasco y ahora todavía no asimilo que hemos ganado”, reconoce Larrea. Una sensación que no es nueva para ellas después de ir superando listones uno tras otro. “Nosotras siempre hemos ido desde lo más pequeño a lo más grande. Ganamos nuestra primera bandera y no nos lo podíamos creer, fue un éxtasis total. Al año siguiente otra. De repente hubo una pandemia y Arraun Lagunak comió mucha mierda y este año ha sacado fuerza de ello”, comenta Duque. Esa evolución sirvió para que el club donostiarra creciera desde la base y llegara a formar parte este año de la historia del remo al conseguir la Triple Corona del remo (Campeonato de Euskadi, Liga Euskotren y Bandera de La Concha). “Cuando empiezas a remar sueñas con ganar La Concha y la Euskotren. Siempre veías a otros clubes hacer eso y ahora somos nosotras”, afirma Jaramillo.

Fue la primera Bandera de La Concha para Arraun Lagunak y también la primera victoria en la categoría femenina para un club de Donostia. Pero el triunfo no solo se consiguió en el agua, también en tierra. La capital guipuzcoana se llenó de camisetas del club el día de la regata, algo impensable hace no tanto tiempo. “Me ha flipado que en Donostia, al ser una ciudad, ver que somos nosotras las que estamos haciendo que se pongan la camiseta de nuestro club, además siendo un deporte femenino”, comenta Duque. “Antes conocías a toda la gente que iba con la camiseta de Arraun, pero este año nos ha sorprendido ver todas las personas que había con ella”, añade Larrea.

El rendimiento de Arraun Lagunak ha servido para que en Donostia el equipo gane aficionados y también han sido culpables del paso adelante dado por el remo femenino. “Esta cogiendo impulso y este año hemos dado mucho espectáculo con las regatas”, declara Astudillo. Sin embargo, el remo femenino, al igual que ocurre con otros muchos deportes, todavía tiene que luchar para obtener más reconocimiento. “Hay que ir haciendo el camino poco a poco. Entre una chica y un chico que están en primera, la recompensa económica no es la misma y todavía hay mucho trabajo que hacer”, expresa Larrea. Este curso, además de Arraun Lagunak, el resto de traineras femeninas también han evidenciado un importante salto en su rendimiento deportivo y la prueba de ello es la igualdad vivida tanto en la Liga Euskotren como en la ETE.

desde bizkaia

Astudillo, Duque, Jaramillo y Larrea decidieron hacer una apuesta y dejar su zona de confort para embarcarse en la aventura de remar fuera de casa. Muchas horas de carretera y tiempo alejados de familia y amigos para pelear por vivir momentos como el del domingo pasado. “Los inviernos son muy duros. Hay que entrenar solas como se pueda y venir los fines de semana. Se hace duro. Hace malo y no estás en casa. Pero merece la pena todo lo que viene después, si no, no lo seguiríamos haciendo”, expresa Astudillo. Rutinas diferentes a las de mucha gente de su edad, “la vida del estudiante al revés. Salimos de casa el jueves o el viernes y volvemos el lunes para ir a clase”, añade Duque. Esfuerzos constantes que tienen una “recompensa muy grande”.

Aunque fuera de casa, las vizcainas de Arraun Lagunak siguen pendientes de lo que ocurre en los clubes de Bizkaia y observan con ilusión como el remo también progresa en los clubes del territorio. “Al ser de Ondarroa son las que más cerca veo y hay muy buena cantera. Veo que van evolucionando y pisando fuerte y en poco tiempo ya son quintas de la ETE. Las veo como futuras ganadoras de La Concha”, afirma Larrea. Por su parte, Duque, con pasado en Deusto, se alegra del buen año de las ‘tomateras’: “Estuve en la primera trainera femenina de Deusto y me alegro un montón. Veo a excompañeras mías de Deusto y espero que este fin de semana en el play-off

Las cuatro viven un gran momento de felicidad, un sueño cumplido, y reconocen que están muy a gusto en Arraun Lagunak. Pero el futuro es incierto y nunca se sabe por que camino les puede llevar, por eso la ilusión de ganar cosas con una embarcación de casa se mantiene en la mente. “No sé ni lo que va a pasar conmigo mañana, pero sí que me haría ilusión ser participe de algo grande en Bizkaia si se dan las circunstancias”, comenta Astudillo. Sin embargo, su presente es Arraun Lagunak y ahora mismo tienen claro que “todavía nos quedan muchas banderas por ganar”.

“Se hace duro pero merece la pena, si no, no lo seguiríamos haciendo”

Patrona de Arraun Lagunak

“Es la vida del estudiante al revés. Salimos de casa el viernes y volvemos el lunes”

Remera de Arraun Lagunak

“Todavía no lo asimilo. Tantos años estando terceras, no me lo podía creer hasta vivirlo”

Remera de Arraun Lagunak

“Siempre veías a otros clubes ganando La Concha o la Euskotren y ahora somos nosotras”

Remera de Arraun Lagunak