Novak Djokovic divisa la meta del US Open, en la que le espera entrar en la historia del tenis, y ha puesto el turbo. El serbio suele hacer algunas concesiones durante la primera semana y media de los Grand Slams, esto es hasta cuartos de final, en la que se muestra fallón y distraído y aplica la ley del mínimo esfuerzo para avanzar. Pero una vez en las últimas rondas se muestra implacable. "Da igual que juegues muy bien, que él va a jugar mejor. No hay nada que hacer", reconoció el resignado Matteo Berrettini, que como en los cuartos de final de Roland Garros y la final de Wimbledon cayó ante el serbio sin soñar siquiera con la victoria.

El italiano se llevó un larguísimo primer set, que se extendió más allá de la hora y cuarto, con todo merecimiento porque sacó muy bien y le pegó a la bola con su derecha con todo el alma para imponerse por 7-5. El público de nuevo tomó partido por Berrettini y Djokovic encontró el estímulo para volcar el partido de su lado sin que su rival pudiera hacer nada. 6-2, 6-2 y 6-3 fueron los parciales que pusieron al de Belgrado en semifinales en dos horas más de juego y de absoluto dominio por su parte para colocarse por duodécima vez en las semifinales de Nueva York. Firmó 44 golpes ganadores, logró 12 saques directos y al resto apretó a Berrettini para procurarse 16 oportunidades de rotura.

Está a solo dos pasos de ganar los cuatro grandes el mismo año y de alcanzar el vigésimo primero, pero no quiere hablar de ello. "Los últimos tres sets de este encuentro han sido los mejores que he jugado en lo que va de torneo. Mi juego ha mejorado significativamente en los dos últimos encuentros, voy en la dirección correcta", sentenció Djokovic, que se siente "preparado y motivado para lo que sea, para jugar cinco sets, cinco horas o lo que haga falta. Para eso estoy aquí".

Su próximo rival será Alexander Zverev, que le derrotó en las semifinales del torneo olímpico de Tokio. El alemán puede estar ante su momento de apuntarse un Grand Slam ya que ha ganado consecutivamente los Juegos y el Masters 1000 de Cincinnati.

En la otra semifinal se enfrentarán Daniil Medvedev y Felix Auger-Aliassime. El ruso ha llegado a esta ronda por tercer año consecutivo de manera muy autoritaria y persigue también su primer grande, igual que el canadiense, aunque en este caso sus 21 años le deben ofrecer muchas más oportunidades.