Una vez más, Estados Unidos aparta de su sueño a la selección española de baloncesto en silla de ruedas. Si en los Juegos Paralímpicos de Río el conjunto liderado por Asier García y David Mouriz, becados por Basque Team, tuvo que conformarse con la medalla de plata tras caer en la final ante el conjunto norteamericano, en Tokio, España tendrá que luchar por el bronce tras quedar apeada de las semifinales (52-66) por los actuales campeones paralímpicos.Lo cierto es que los entrenados por Óscar Trigo nada, o casi nada, pudieron hacer ante la calidad de los favoritos al metal dorado. Estados Unidos fue, simplemente, mejor. “Veníamos con la ambición de ganar el oro y para eso hay que ganar a todos. Ahora hay que tratar de recuperarse y pensar en la medalla de bronce que seguro que nos la merecemos y los que nos están siguiendo también”, subrayó García. De esta forma, para subirse al último escalón del podio de estos Juegos Paralímpicos, la selección estatal tendrá que ganar a un Reino Unido (mañana, 3.00 horas) que llega de perder su semifinal ante Japón.

Con todo, en el encuentro de ayer, España tuvo enfrente a unos Estados Unidos impresionantes. Los norteamericanos defendieron más, presionaron más y jugaron más. De hecho, comenzaron marcando territorio ya en el primer cuarto. No quisieron sustos, apretaron desde el primer rebote; pero aún así, García consiguió asociarse con sus compañeros para lograr un ajustado 14-15. Sin embargo, en el segundo cuarto Estados Unidos fue demoledor. Demasiado superior. Un parcial de 0-11 y más de cuatro minutos sin anotar fueron la tumba para los de Trigo, que se marcharon al descanso 17 tantos abajo. “No hemos sabido competir el partido. En el segundo cuarto su defensa impresionante nos ha hecho mucho daño. Sabíamos que iba a suceder y no hemos sido duros mentalmente como teníamos que haber sido. En el segundo tiempo hemos tratado de acercarnos pero la clave ha sido el segundo cuarto”, resumió García.

A la salida de los vestuarios, España mejoró sus registros en ataque. Aunque también es cierto que el equipo de Ron Lykins jugó a menor ritmo. Vio asegurado su triunfo y bajó dos marchas. A pesar de ello, la defensa estatal continuó haciendo aguas y los norteamericanos consiguieron la mayor diferencia del envite (30-55) en una tercera manga que acabó con 24 puntos de ventaja (33-57). Finalmente, cuando el encuentro ya moría, la selección estatal tiró de orgullo para intentar maquillar un luminoso muy abultado. Por contra, Estados Unidos optó por las rotaciones, por descansar muñeca para la final ante Japón. “Esperábamos que estuviera más igualado el partido. Nos rompieron en el segundo cuarto y no hemos sido capaces de remontar. Han demostrado tener mucho ritmo. Hay que levantarse rápido porque hay que pelear por un bronce”, concluyó Mouriz.