Jon Rahm está disfrutando como un niño en Royal St. Georges, donde mañana jueves comienza la 149 edición de The Open Championship. El de Barrika ha encontrado un campo "que no ha cambiado mucho" desde 2009 cuando en este recorrido del sureste de Inglaterra, ubicado en Sandwich, en el condado de Kent, jugó el British Boys, "el primer torneo de mi vida". Le invaden, incluso, la nostalgia y la emoción porque en todos estos años "yo sí he cambiado mucho", pero lo que no ha cambiado es que los links siempre "me han encantado".

Sus resultados en este tipo de campos, muy distintos de los habituales en Estados Unidos, han sido muy buenos desde que es profesional y eso refuerza sus aspiraciones en el último major del año, en el que vuelve a partir entre los máximos favoritos. Él lo atribuyó ayer en la rueda de prensa oficial a que "soy un jugador bastante completo y siempre puedo adaptarme al tipo de campo que toque jugar". El encanto de los links reside, según Rahm, en que "tienes que jugar tu propio juego y aprender constantemente del campo. Hay más variedad de golf, el viento y las condiciones climatológicas en constante cambio y el estado del campo, también. Es lo que hace que sea una semana tan maravillosa cada vez que vienes al Reino Unido". "Lo disfruto desde siempre. Incluso, diría que cada vez me gustan más", aseguró.

El barrikoztarra llega a The Open tras el séptimo puesto firmado el domingo en Escocia y que le satisfizo ya que "pensaba que iba a jugar bastante peor. Eso quiere decir que estoy en buena forma". Rahm se quedó cerca de ganar, "pero un par de errores de estrategia me costaron un par de golpes, aunque el problema de verdad estuvo en los greenes ya que no es fácil pasar de unos muy rápidos a otros más lentos".

Por tanto, se siente seguro y confiado, a la vez que llega a The Open "con sensación de alivio" tras llevarse el US Open."Durante estos cinco años todo lo que escuchaba era eso: ¡major, major, major...!, solo porque estaba jugando bien, como si ganar uno fuera fácil. Pero en realidad todo sigue igual, no cambia nada. Queda siempre el siguiente por ganar, así que vengo con el mismo nivel de motivación y ganas porque sería increíble vencer en el US Open y en The Open Championship".

compromoso con los juegos

El evento británico, que regresa a Royal St. Georges diez años después, cierra la serie de majors de este año al que aún le quedan compromisos ineludibles para Jon Rahm. Entre ellos están los Juegos de Tokio, a los que viajará tras concluir su participación en Royal St. Georges. El de Barrika no quiso entrar en las renuncias de otros compañeros y dejó claro que para él, pese al cargadísimo calendario, la cita japonesa siempre ha sido una prioridad y un objetivo claro. "No hay muchas oportunidades de que te llamen olímpico y menos en nuestro deporte. Y si tienes la suerte de llevarte una medalla de oro, como hizo Justin Rose en 2016, entras en un grupo aún más selecto. Para mí es una gran oportunidad, aunque estando allí no podremos ir a otros eventos o estar con los compatriotas y amigos", reflexionó Jon Rahm, que puede recuperar esta semana el número 1 del mundo con otro buen resultado.