Cuando Jon Rahm falló en el hoyo 18 de Sherwood por unos pocos centímetros el putt que podía forzar el play-off, perdió el Zozo Championship ante Patrick Cantlay. Cuando Justin Thomas embocó su putt de unos 20 centímetros, empató al de Barrika y le dejó sin el número 1 del mundo que era el premio de consolación. Una distancia mínima le separó de su tercera victoria del año y una distancia mínima le mantiene en el segundo puesto mundial por detrás de Dustin Johnson, que ha podido salvar las dos semanas en las que no ha jugado por el coronavirus y ya ha alcanzado las cien al frente del ranking, algo que solo habían logrado antes Tiger Woods, Greg Norman y Rory McIlroy. Rahm ha llegado por primera vez al doble dígito en el coeficiente que determina el ranking (10.1738) y está a solo 84 milésimas del de South Carolina (10.2573).

El vizcaino lamentó algunos golpes de mala fortuna en la última jornada por culpa del viento en el campo californiano y pasó revista a algunos putts que se dejó en los cuatro días, "sobre todos en los primeros 27 hoyos, en los que pateé muy mal". En todo caso, Rahm salió del Zozo Championship con su vigésimo cuarto puesto entre los tres primeros desde que es profesional y con la confianza intacta para el Masters de Augusta, que a la vista de tres semanas se ha convertido ya en el objetivo prioritario. "Nadie está contento cuando no gana, es algo que duele y molesta, pero me llevo muchas cosas positivas. Moví muy bien la bola con los dos efectos y eso es muy bueno para el Masters", indicó el barrikoztarra.

Jon Rahm se tomará descanso esta semana en la que se disputa el Bermuda Championship y seguramente tampoco tomará parte la semana próxima en el Houston Open, que tendrá la particularidad de ser el primero que va a permitir la presencia de público tras el confinamiento, unos 1.000 espectadores diarios. El torneo siempre precede al Masters y muchos jugadores lo utilizan como banco de pruebas. Otros prefieren no cargarse antes de una gran cita y en esa línea de pensamiento está el de Barrika, más ahora que su juego está en orden. Tampoco Tiger Woods, defensor de la chaqueta verde, era proclive a jugar la semana anterior a un major, pero ahora hará una excepción ante la escasa competición que ha tenido este año.

Además, en el análisis previo hay que tomar en cuenta que el Augusta National de noviembre no será el mismo que el de abril, su emplazamiento habitual, y por ello los golfistas deben prestar atención a aspectos diferentes de su juego. Jon Rahm salió conforme de Sherwood y, salvo sorpresa, ahora solo tendrá que mantener el tono y aprovechar las rondas de prácticas en el Masters para reconocer el campo en las condiciones de otoño. Es el major que se le ha dado mejor hasta ahora y muchos le ven con muchas opciones este año. Pero el vizcaino quiere llegar en el mejor punto físico, técnico y mental.