El duelo está servido en East Lake una semana más. Después del espectáculo que brindaron la semana pasada Dustin Johnson y Jon Rahm en el desenlace del BMW Championship, ambos salen juntos hoy en busca del Tour Championship y del título de la FedEx Cup y, de paso, ponen en juego de nuevo el número 1 del mundo. Con solo los treinta mejores de la temporada en liza, los cambios introducidos por el PGA Tour el año pasado han añadido emoción a esta cita, ya que el ganador del torneo se lleva también el premio gordo de 15 millones de dólares. El de South Carolina sale con dos golpes de ventaja como premio a su liderato tras el torneo de Chicago. Pero esto no significa nada ya que el año pasado, el primero de este nuevo formato, Rory McIlroy partió a cinco golpes del primer puesto y acabó campeón con cuatro de ventaja.

Rahm puede ser el tercer europeo en ganar el Circuito Europeo y el PGA Tour tras el mismo McIlroy y Henrik Stenson, que además lo logró el mismo año, en 2013. Pero el de Barrika sabe que tiene rivales de mucha entidad, en especial Johnson, que lleva trece años ganando al menos un torneo en el circuito, pero al que, curiosamente, le falta la FedEx Cup en su palmarés. “Hemos jugado mucho juntos y creo que sacamos lo mejor de cada uno”, dice el de Barrika sobre quien le acompañará los dos primeros días en East Lake y con quien también comparte patrocinador técnico. “Dustin es un gran tipo para jugar. No me sorprendería que los dos juguemos bien esta semana jugando juntos. Somos diferentes y yo nunca podría hacer lo que él hace, ni creo que él pueda hacer lo que hago yo. No podría jugar con tanta sangre fría como él. A él esa firmeza le ha ayudado a ser extremadamente consistente y ganar mucho”, reconoce Rahm.

Dustin Johnson, que tiene dos segundo puestos y una victoria en sus tres últimos torneos, le devuelve los cumplidos. “Obviamente, Jon es un gran jugador. Lo viene siendo los últimos años y lo va a seguir siendo en los próximos. Tiene todas las cualidades para ser uno de los mejores del mundo”, comentó ayer el líder de la FedEx Cup, que pasó página de lo ocurrido en Olympia Fields junto a su familia. “En realidad, no era difícil. Jon metió un gran putt y contra eso nada podía hacer”.

Rahm nunca ha estado tan cerca de llevarse la FedEx Cup y espera que la presión no le afecte, como él cree que le sucedió hace un año a Justin Thomas, que ahora arranca a tres golpes y con ganas de pescar en la batallla de Johnson y Rahm. Webb Simpson, Collin Morikawa o Bryson DeChambeau son otros aspirantes en un campo que no estará sencillo. Los demás parecen demasiado lejos, aunque por si acaso no conviene descartar a gente como Reed o McIlroy, que acaba de ser padre primerizo y se ha quitado esa preocupación que le ha distraído en los últimos torneos.

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