La exjudoca portugaluja Leire Iglesias, subcampeona de Europa en 2008 y quinta en los Juegos Olímpicos de Pekín, vive la pandemia de coronavirus desde la primera línea de batalla. Tras aparcar su vida deportiva, se centra en su trabajo como enfermera en el Hospital General de Alicante. “La lucha contra el coronavirus es como preparar combate de judo”, dice la luchadora, que para salvar las diferencias, matiza: “Aquí ganar es más importante, porque se trata de salvar vidas, de no contagiarnos y de no contagiar a nadie”.Apartada del judo, pero practicante de remo, Iglesias, a sus 42 años, agradece las muestras de afecto. “Es algo muy emotivo y que nos llega, como cuando logramos dar de alta a un paciente”, dice Iglesias, que subraya “la solidaridad” que muestra la mayoría de la gente en esta situación. “Esto está sacando lo mejor de las personas. Nos hacen llegar dibujos, mensajes y cartas para los pacientes en los que se les da ánimo. Los pegamos en las paredes y se las leemos para que estén un poco más animados”, explicó.

A pesar de estar acostumbrada a los enfrentamientos sobre el tatami, admite que “es normal tener algo de miedo” en esa primera línea de riesgo. Si bien, se apela al compañerismo y al espíritu de equipo para sobreponerse a las adversidades: “La supervisora nos ayuda a coger confianza. Somos un equipo de verdad”.

Esa fe hace que confíe en que se pueda recuperar la normalidad “a mitad del verano”, siempre y cuando se sigan las pautas y se obedezcan a las recomendaciones. “Si la gente es civilizada y sigue las recomendaciones para evitar el contagio, se podrá acabar antes con él”, recalca.