BILBAO. Corrían las 18.45 horas cuando el mundo del clavadismo estaba a punto de vivir un momento histórico; el último salto profesional del colombiano Orlando Duque. La leyenda, el mito, el gran campeón iba a poner punto y final a más de 20 años de trayectoria en los que ha sido trece veces campeón del mundo y ha batido varios récords Guiness. “Solo me queda la espina de no haber sido medallista olímpico, pero hasta ahora nuestro deporte no ha sido olímpico. Habrá que seguir trabajando para lograrlo”, asumía el colombiano, quien ayer vivió uno de los saltos más difíciles de su larga trayectoria.

Y es que el ambiente que se generó para ese último salto fue impresionante. La organización repartió entre el público caretas con el rostro de Duque, se resumió su trayectoria en un emotivo vídeo y un corazón y el lema Orlando resumían el sentir de una afición que estará eternamente agradecida a Duque. No solo la afición, sino también sus compañeros clavadistas. Su gran fan y amigo Jonathan Paredes no podía contener las lágrimas consciente de que iba a presenciar el último salto de Orlando Duque. El colombiano intentó concentrarse para despedirse del deporte profesional y lo hizo con su salto más icónico, el que durante estas dos décadas ha sido fotografiado en infinidad de ocasiones. “Quería hacer ese tipo de salto porque sabía que iba a ser algo muy emotivo. Es el tipo de salto que siempre he hecho en los lugares más complicados porque es el que más controlo. He querido lanzarme pronto porque me estaba emocionando”, reconoció Duque. Así lo hizo. Tomó el impulso necesario para lanzarse desde la plataforma situada a 27 metros y pasaron esos tres segundos de viaje desde lo alto del puente a las aguas de la ría, ese cauce que ha marcado el final de su carrera. “Estoy muy contento de haber podido compartir este momento tan especial con la gente de Bilbao. Esta ciudad quedará en mi corazón porque el apoyo que he recibido es impresionante, lo he pasado muy bien y me encanta la ciudad. De hecho, me quedaré unos días más por aquí y volveré en el futuro. Es un lugar muy especial para mí”, desarrolló el mito del clavadismo.

Imagen de Colombia

Al hablar de Orlando Duque se habla de mucho más que un deportista. Duque es un icono de su país, es imagen de Colombia. “Siempre he querido dar una buena imagen de mi país, que la gente tenga una buena imagen de uno siempre lleva a que ellos quieran hacer buenas cosas y cambiase la percepción que tenía la gente de Colombia porque hemos vivido muchos problemas”, apuntó Duque. A partir de ahora, su vida seguirá ligada a los saltos, pero siendo entrenador. “La idea es transmitir mi experiencia y mi conocimiento a los deportistas colombianos para que el clavadismo de mi país siga creciendo. Ojalá algún día este deporte sea olímpico y sea yo quien dirija el equipo nacional de mi país”, reconoció Duque. Ese será el próximo gran reto y ocupación de Orlando Duque, el mito del clavadismo que dijo “agur” al mundo del profesionalismo en el Puente de La Salve de Bilbao.