bilbao - Royal Portrush vivió el final de fiesta perfecto con la victoria de uno de los suyos, Shane Lowry, proclamado con brillantez Campeón Golfista del Año y nuevo dueño de la Jarra de Clarete después de una jornada en la que al fin se jugó como se espera de un links. “No recuerdo haber tenido nunca unas condiciones tan duras”, dijo Jon Rahm después de una vuelta de cuatro sobre par que le dejó en el undécimo puesto, igualado con otros cuatro jugadores, a solo un golpe del Top 10. Todos los jugadores que estaban en los puestos cabeceros, excepto Tony Finau, jugaron sobre par, así que la victoria de Lowry no corrió peligro. Significativos fueron los 87 golpes de JB Holmes, +16, que le hicieron caer al puesto 67 y arruinar un gran torneo.

En medio de rachas de fuerte viento y agua, el irlandés tuvo la situación controlada y lo más cerca que vio a su compañero Tommy Fleetwood fue a tres golpes. “No he logrado ponerle suficiente presión y me siento decepcionado”, comentó el inglés tras su segundo puesto, brillante pese a todo. Pero es que Lowry jugó muy bien estos cuatro días en Royal Portrush, donde pronto se erigió en el favorito del público. El trébol está grabado en su bola y su presencia, carácter y costumbres le asocian con lo puramente irlandés. Los dos partes de la isla han hecho frente común para que un paisano lograra tomar el testigo de Padraig Harrington once años después como ganador de The Open. Es el primer major de Shane Lowry, de 32 años, que solo había acabado una vez entre los diez primeros. Con este triunfo, además, se convierte en solo el séptimo jugador en cien años que se impone, al menos, con seis goles de ventaja, se coloca líder de la Race to Dubai europea y recupera la tarjeta para disputar el PGA Tour americano. “Caminando por el 18 sentía que me salía de mi cuerpo. No puedo esperar a despertarme mañana por la mañana. La sensación va a ser increíble”, explicó el nuevo ganador de The Open.

Al final de una jornada en la que fue difícil tener control sobre la bola, se impuso la lógica. Jon Rahm partía con una misión imposible y más que lo fue cuando en el hoyo 1 comenzó con un doble-bogey tras comerse dos golpes en la arena. Entonces, las condiciones no eran malas del todo, pero el vizcaino salió del hoyo cinco con cuatro golpes sobre par, que incluyeron un par de corbatas fatales a la hora de rematar con el putt, que le alejaron de cualquier aspiración que no fuera acabar entre los diez primeros de un torneo que llegó a liderar en solitario en la primera jornada.

A partir de ahí, las cosas se complicaron mucho en Royal Portrush y, curiosamente, Rahm empezó a jugar mejor y logró acabar los trece hoyos que le quedaban al par del campo. “Nunca voy a tirar la toalla. Sabía que necesitábamos hacer cinco bajo par para terminar entre los diez primeros, pero al menos he tenido un final decente”, aseguró. El público se lo reconoció ya que le recibió con una gran ovación a su llegada al green del 18 en el que logró el birdie en un hoyo que le ha penalizado esta semana. Con todo, este es su mejor resultado en The Open Championship. “Es mi mejor British, pero aún hay mucho que mejorar. Acabar noveno, décimo o undécimo tampoco cambia mucho. Tengo la sensación de que he jugado tres diferentes torneos en una misma semana: líder los primeros 9 hoyos del jueves, de menos a más el segundo y tercer día y hoy lo sufrido por el tiempo”, añadió.

No llegó al Top 10, como era su deseo, pero remontó diez posiciones en este tramo final. “Estoy orgulloso de cómo he terminado. Me da mucho ánimo para la semana que viene”, indicó. Porque el siguiente reto llega ya y es el WGC FedEx St. Jude que se disputa desde el jueves en Memphis, el último Campeonato del Mundo de un curso al que en Estados Unidos le queda apenas un mes de competición.

1. Shane Lowry-15

2. Tommy Fleetwood-9

3. Tony Finau-7

4. Lee Westwood-6

4. Brooks Koepka-6

6. Robert MacIntyre-5

6. Tyrrell Hatton-5

6. Danny Willett-5

6. Rickie Fowler-5

10. Patrick Reed-4

11. Jon Rahm-3