Bilbao - Gane o pierda, independientemente, merece cada céntimo pactado. Cuando doblan las campanas es un predicador. Su enguantado mensaje es el compromiso. Andoni Gago es un sello de garantía. Un púgil que buscó el ring sin ambicionar títulos, pura diversión, pero al que el esfuerzo y la evolución le han recompensado con la posibilidad de atesorarlos. Su guía es la pasión. Ser ídolo como motor del boxeo en Bizkaia no era su meta. La ha alcanzado con creces. Se ha convertido en precursor y manual de aprendizaje para quienes desean educarse en el noble arte. Ahora Otxarkoaga es una academia -y esta pasada noche tenía a su paisano tomando unos kalimotxos en sus fiestas-. El Machito es el profesor. “Debuté en San Inazio. Pensé que no iba a llegar a nada. Ni a ser campeón de Bizkaia. Esto es vuestro. Sin vosotros, nada de esto sería posible”, dedica hoy a la parroquia de fieles. Esa humildad le ha impulsado hasta lugares insospechados.

A sus 34 años Gago enfila el ocaso de su carrera. Ahora se ha presentado su mayor reto profesional: la disputa del Campeonato de Europa EBU del peso pluma. Ante su gente. Impulsado por el pundonor, una cualidad para todo prospecto y también un sustento para cualquier antojo de campeón. “Morir matando”, que dice la canción con la que salta al ensogado, es su ley. Lo sabe el madrileño Jesús Sánchez, El Ciclón de Parla, derrotado a los puntos por decisión dividida (115-114, 115-113 y 112-116). Gago es el campeón continental. Desde Otxarkoaga ha puesto Europa a sus pies. Es el rey.

El pleito por el cinturón comenzó con Sánchez buscando el contacto, desde la distancia, más cómodo que el bilbaino. Queriendo aprovechar la envergadura. Con las alas desplegadas. Gago se protegía, recogido, entrando en calor. Paciente. En el segundo asalto, ya estaba hirviendo. Comenzó a imprimir ritmo al combate. Puso las revoluciones. Siempre hacia adelante. Cazador.

Gago trató de achicar el ring, de cerrar escapatorias para un siempre huidizo Sánchez. El madrileño abría la guardia. Asomaba su mentón. Desprotegido. Un anzuelo. La trampa para lanzar su potente volea contragolpeando. Pero el de Otxarkoaga entraba por fuera, con golpes exteriores. El Machito fue de menos a más. A cada repicar de la campana se iba adueñando del debate. Autoritario. Infatigable.

El quinto episodio fue una guerra a tumba abierta. Gago había tomado la delantera en las cartulinas y Sánchez entró al intercambio. Un derroche de golpes. Ondonadas de puños. Cascadas de dolor. Valientes ambos. Pero siempre con el boxeador local proponiendo más, avanzando. Tratando de asfixiar. El anticiclón de El Ciclón. Renunciando siempre al clinch que pretendía Sánchez para ralentizar. Para respirar. Se le hacían largos los asaltos.

El tesón de Gago, a pico y pala en una propuesta maratoniana, relució en el noveno round, cuando Sánchez dio síntomas de agotamiento. El brazo izquierdo colgaba. Caído. El de Otxarkoaga, sin embargo, proyectó un estado de forma encomiable. Sin economía del esfuerzo. Pletórico de energías. Sánchez invertía su combustible en bailar. A refugio de su danza y encontrando las esquinas. A la fuga. Lanzaba ataques viperinos. Gago se desplazaba firme. Pétreo en su empeño. La victoria iba cobrando forma. El escultor tenía músculo.

Así se llegó a duodécimo capítulo. Más de lo mismo. Gago, en estado permanente de persecución. Una oda al esfuerzo, a la iniciativa. Luces de una fructífera preparación. El currículo del tetracampeón de España, campeón Internacional de la IBF, campeón de la Unión Europea y ahora campeón de Europa de la EBU se congela en 22-3-3, 6 K.O. Sánchez se queda con 10-2-0, 3 K.O. El Machito sueña despierto. No esta pasada madrugada... Con visita a las txosnas. La diferencia en las cartulinas no reflejó lo acontecido: el muy merecido éxito. En cualquier caso, gane o pierda, Gago siempre estará en paz. Su entrega no encuentra reproche. Y con él empezó todo. Pero resulta que esta historia no ha terminado. Las fronteras se extienden. Otxarkoaga ha conquistado Europa.

otros resultados En otros combates de la velada, Jorge La Bestia Garbey tumbó en el primer asalto a Leopoldo Loya, Oleg Malynovskyi superó por decisión unánime a Alex Mora e Isaac Chaca Real venció a David Makaradze con K.O. técnico por lesión del georgiano.