Gernika-Lumo - Hubo que sufrir, hasta el final. Pero los puntos, que durante las últimas semanas habían volado en los estertores de los partidos, se quedaron ayer en el zurrón de Gernika Rugby Taldea. Con su victoria de ayer ante el Complutense Cisneros en Urbieta, los basurdes superaron su primer match-ball para tener más cerca el milagro de la salvación. La victoria 30-10 ante los madrileños, con los bonus incluidos gracias a dos ensayos de Epinal en los últimos diez minutos, les hace abandonar el farolillo rojo y encarar la última semana de la liga ante Alcobendas dependiendo de sí mismos.

En un partido aplazado de la jornada 16, Gernika se quitó el peso de ser colista, que arrastraba desde diciembre, para pasar a ocupar plaza de promoción. Lo logró con determinación en un partido no apto para taquicárdicos. Olaeta abrió boca con un golpe de castigo apenas comenzado el partido y, con los tres primeros puntos obtenidos, los de Nicolás Martínez se lanzaron al ataque, haciendo ceder terreno a los colegiales hasta que Peio Urrutia logró el primer ensayo. Hubo otro más en la primera parte, obra de Mateo Bast tras una segunda jugada provocada por una excelente ruptura de Gaizka Iturriaga-Etxebarria, que ayer fue uno de los más entonados en el quince. Pudo haber una tercera marca, pero dos errores gernikarras en línea de 22 desbarataron la opción de lograr una mayor renta.

El guion de la segunda mitad varió por completo. No en vano, fueron los foráneos los que comenzaron apretando el acelerador ante un Gernika que solo veía salida con las patadas de Iker Olaeta. Más, si cabe, cuando Escario logró posar el oval en el minuto 49 tras un largo ataque colegial. Con los basurdes atenazados, tan solo existía la opción de lanzarse en delantera. Y vaya si lo hicieron los forales, siendo cuidadosos con el balón en la mano, aunque costara retener a los madrileños en su terreno. Logrando ensanchar el campo y a golpe de riñones, Facundo Epinal fabricó una marca que, pese a asegurar la victoria, no otorgaba el bonus ofensivo. El delirio llegó a apenas dos minutos del final, cuando un infantil error del Cisneros propició una intercepción y una larga carrera de Facundo Palisa que Epinal posó, aunque fuera a trompicones.

Los gernikarras tienen en su mano evitar el descenso directo en una última jornada de infarto. Visitarán el domingo a Sanitas Alcobendas -12.30 horas-; mientras que el ahora colista La Vila -aunque igualados a puntos con los basurdes- jugarán en Barcelona ante Barça Rugbi. De esos 80 minutos dependerá el devenir de un Gernika Rugby Taldea que, al menos, ha mostrado resistirse a abandonar la División de Honor como gato panza arriba. - I. Fradua