bilbao - Jon Rahm se colocó de nuevo entre los mejores en el atípico inicio del Genesis Open, que tiene que hacer virguerías para poder encajar las cuatro rondas y acabar el domingo. Tras la suspensión de la primera jornada por culpa de la lluvia que también amenazó el segundo día de competición, la mitad de los jugadores tuvo que completar ayer su ronda interrumpida y la otra, con el de Barrika entre ellos, arrancó su participación con una tarjeta de cuatro bajo par.

Apenas una hora después, y cuando algunos jugadores aún no habían acabado su primer recorrido y de nuevo una ligera lluvia volvió a caer en esa zona de California, tuvo que poner en marcha su segunda vuelta, aunque al cierre de esta edición estaba claro que no iba a poder acabarla antes de que cayese la noche sobre el Riviera Country Club. Por tanto, hoy habrá que ponerse de nuevo al día para tratar de llegar al domingo en las condiciones habituales y no estirar el torneo hasta el lunes como ocurrió la semana pasada en Pebble Beach.

Era un día para ser preciso, paciente y no cometer errores de bulto. El vizcaino llegó a colocarse en tercera posición después de firmar seis birdies y un bogey. Pero un bogey en el 18, después de perder la calle con el golpe de salida, le hizo retroceder algunos puestos respecto a la cabeza. Su juego en general estuvo a muy buen nivel en un campo complicado y distinto de lo que se podía esperar en esta zona de Estados Unidos por la cantidad de agua que ha recibido estos días. Arrancó con un buen birdie en el 1 tras tirar para eagle, otro en el 3 y en el 5 convirtió otro gran putt desde más de once metros para restarle otro golpe al campo.

Con otro birdie en el 10 para cuatro bajo par llegó al par 5 del hoyo 11 donde la bola golpeó la bandera en el tercer golpe para morir en la arena. Pudo salvar el par, pero en el hoyo siguiente la mala suerte se le cruzó de nuevo ya que el barro descontroló su bola y no pudo evitar el bogey. Rahm, con muy buen porcentaje de acierto en los greenes incluso desde largas distancias, reaccionó y selló otros dos birdies en el 16, con un bonito putt largo, y el 17. Una mueca de decepción llegó a su rostro por el bogey del 18 que le dejó en -4, a cuatro del líder en ese momento JB Holmes, que se anotó un hoyo en uno en el 6.

El de Barrika tenía que olvidar rápido ese error porque enseguida debía salir de nuevo al campo por el hoyo 10 para afrontar un esfuerzo mental, porque casi se jugaba contra el reloj, y físico, porque apenas tuvo un rato de descanso y recuperación. Con 21 vueltas consecutivas sin rebasar el par del campo, el objetivo era mantener esa regularidad para darse oportunidades en un torneo de desarrollo incierto e imprevisible que estaba generando problemas para pasar el corte a gente como Dustin Johnson, Sergio García o Xander Schauffele.

Rahm no se desvió de su plan y al cierre de esta edición, con 26 hoyos jugados, estaba instalado entre los cinco primeros gracias a un birdie en el par 5 del hoyo 11, jugado con precisión desde el tee. Y eso que se le habían escapado por centímetros tres buenas oportunidades Por delante, al margen del líder provisional JB Holmes, tenía rivales de cuidado como Adam Scott, Jordan Spieth, Justin Thomas y Bryson DeChambeau.