El duelo entre la australiana Ariarne Titmus, la estadounidense Katie Ledecky y la joven canadiense Summer McIntosh en la final de los 400 libre, que no pocos han calificado como la carrera del siglo, será uno de los puntos álgidos de las pruebas de natación que arrancarán hoy en la piscina de La Defense de París. Sin embargo, esta pugna no será el único atractivo de una competición en la que el francés Leon Marchand tratará de confirmarse como el nuevo rey de la natación mundial con la conquista del oro en los 200 mariposa, 200 braza y las pruebas de 200 y 400 estilos.
Eso sí, pocas finales han despertado tanto la imaginación de los aficionados como la de los 400 libre femeninos en la que Titmus, Ledecky y McIntosh no sólo pelearán por el oro, sino también por el título de dominadora de la piscina olímpica. Una reedición de la final que las tres últimas plusmarquistas universales de la distancia protagonizaron en 2023 en los Mundiales de Fukuoka, en los que la oceánica se alzó con el triunfo con récord del mundo (3:55,38) incluido. McIntosh, que acabó cuarta, pagó en los metros finales el esfuerzo que realizó para seguir el gran ritmo que Títmus puso desde el inicio, mientras que Ledecky, imbatible en distancias más largas, pese a su reacción final no pudo remontar su desventaja y tuvo que conformarse con la plata.
La estadounidense tratará de agigantar aún más su leyenda y convertirse en el segundo nadador, hombre o mujer, en toda la historia capaz de encadenar cuatro títulos consecutivos de campeón olímpico en una misma distancia con un triunfo en la final de los 800 libre. Una victoria que nadie pone en cuestión dada su superioridad, pues no sólo suma seis de los últimos siete oros universales, tras renunciar a participar el pasado febrero en Doha, sino que posee las 16 mejores marcas de todos los tiempos.
Por su parte, los responsables de arrebatar a Michael Phelps los dos últimos récords del mundo que aún tenía vigentes, el francés Leon Marchand y el húngaro Kristof Milak, dirimirán en París quién es el nuevo rey de la mariposa en una final de 200 que se antoja apasionante. Ambos llegan a la cita con la vitola de campeones del mundo, tras aprovechar el francés la ausencia del magiar, plusmarquista universal de la distancia, de los últimos Mundiales para colgarse un oro que Milak había acaparado en las dos ediciones anteriores. Será todo un reto para el magiar, que regresó a la competición en abril tras ocho meses alejado de las piscinas por saturación, pero no menos exigente del que se ha fijado Marchand, que el mismo día de la final de los 200 mariposa buscará también el oro en los 200 braza, un doblete inédito hasta ahora.
Además, tres años después de protagonizar una de las finales más esperadas de los Juegos de Tokio, la australiana Kaylee McKeown y la estadounidense Regan Smith volverán a retarse en la piscina por el título de campeona olímpica de los 100 espalda. Smith llega como plusmarquista universal tras arrebatar en junio el récord, 57,13, a McKeown, que ha derrotado a la norteamericana las dos últimas veces que se han medido: los Juegos de Tokio y los Mundiales de Fukuoka. Por su parte, invencible durante casi ocho años, Adam Peaty intentará demostrar que sigue siendo el dominador de los 100 braza, aunque el chino Haiyang Qin buscará acabar con su hegemonía.
Por su parte, aclamado como el nuevo mesías de la natación mundial tras rebajar el legendario récord del mundo de los 100 libre de César Cielo en 2022, el rumano de 19 años David Popovici busca resurgir tras quedarse el pasado año fuera del podio en los Mundiales. El chino Zhanle Pan le arrebató el pasado mes de febrero la plusmarca mundial y el enfrentamiento entre ambos en París se antoja encarnizado.