Alemania e Italia no quieren sustos

Comienza la hora de la verdad en la Eurocopa. Los partidos a todo o nada, que lo mismo duran 90 minutos, que 120. Comienzan los octavos de final de la competición continental y qué mejor manera que levantar el telón que con dos de los pesos pesados del fútbol europeo: Italia y Alemania. La primera es la vigente campeona, la que debe defender el título; y la segunda, la anfitriona. La que juega ante su público y, además, lo está haciendo muy bien. Sin embargo, esta edición de la Eurocopa está demostrando que la teoría no vence a la práctica y que tener mejor plantilla no siempre garantiza ganar. Y a esto se aferran Suiza y Dinamarca.

La selección alpina abrirá los octavos de final ante Italia (18.00 horas), una eliminatoria entre segundos clasificados que se presenta como la más igualada de esta fase, a pesar de que la balanza histórica se inclina demasiado hacia el Mediterráneo. Así, mientras la azzurra busca en este torneo una estabilidad deportiva de la que ha carecido en la última década –a pesar de haber ganado la pasada Eurocopa no logró clasificarse para los dos últimos Mundiales–; Suiza quiere dar la sorpresa en una competición en la que todavía no ha conocido la derrota y en la que solo ha encajado tres goles: uno por partido. De hecho, los dirigidos por Murat Yakin estuvieron a punto de pasar como primeros de grupo, lo rozaron hasta el tiempo de añadido del tercer encuentro, cuando Niclas Fullkrug rescató un empate salvador para Alemania. Así que posibilidades de dar la sorpresa tienen y muchas, sobre todo ante esta Italia que, bajo los mandos de Luciano Spalletti, se presenta más como un proyecto en construcción a largo plazo.

En el otro partido del día y en el otro lado del grupo, Alemania y Dinamarca pugnarán a las 21.00 horas por hacerse un hueco entre los ocho mejores de esta Eurocopa. Se trata de una eliminatoria en la que los de Julian Nagelsmann parten como claros favoritos aunque es cierto que su rendimiento haya ido de más a menos durante la competición y ahora esté lejos del 5-1 que le endosó a Escocia en el partido inaugural. Quince días han pasado de eso y ahora Alemania deberá de vérselas con una Dinamarca a la que no ganan desde 1996. En el primero partido decisivo. El equipo de Morten Hjulmand, por su parte, es todo competitividad, por lo que de perder lo hará vendiendo su piel muy cara. Con todo, los daneses cuentan con potencial para dar la sorpresa ante los anfitriones, sobre todo si mantiene la solidez defensiva que ha exhibido en una primera fase en la que solo ha recibido dos goles y siete remates a portería. Además, Dinamarca no es solo autobús atrás. Así, especial atención a un Rasmus Höjlund, que aun no se ha estrenado. Habrá que ver este partido porque puede que sea el último de un tal Toni Kroos.