Fernando Amorebieta (Cantaura, 29 de marzo de 1985) ha vuelto a casa ocho años después de salir del Athletic para cumplir su deseo de jugar en el equipo de su pueblo. Este es el Iurretako, que milita en la División de Honor vizcaina, y en el que juega como delantero, la posición, que desvela, en la que comenzó a competir de crío. Amorebieta atiende a DEIA en las instalaciones de Larrako Zelai minutos después de que su equipo sucumbiera el sábado por un rotundo 0-3 ante el Elorrio en el derbi del Duranguesado y en el que participó en la última media hora, en la que no pudo corregir la derrota del conjunto rojinegro. El ahora ariete y antaño central habla del presente y del pasado, tanto de su etapa en el Athletic y la posterior en el Independiente argentino y en el Cerro Porteño paraguayo.

Se hace extraño verle jugar de delantero centro.

—Es una posición en la que empecé de pequeño y cuando viene aquí pedí jugar de delantero.

Está en el otro lado de la barrera, ahora le toca sufrir a los centrales.

—Poco a poco estoy jugando minutos después de estar más de un año parado y toca otra pelea diferente.

¿Y no se trata de un capricho suyo jugar de delantero?

—No, porque me hacía ilusión retirarme en el pueblo y jugando de delantero. Ya lo llevaba hablando desde hacía tiempo y se ha retrasado un poco porque entré de secretario técnico en el Cerro Porteño.

¿Cómo se gestó esto último?

—En medio de la pandemia hablé con el entrenador, decidí retirarme del fútbol profesional, me preguntó si me interesaba quedarme para ayudarles y acepté porque creo que era un reto bonito, una experiencia nueva en la que estaba muy a gusto, pero la familia tenía ganar de volver y tomamos la decisión de regresar.

¿Cuál era su función?

—Me encargaba de las incorporaciones, de ayudar a los jugadores, se trataba de ser el enlace entre la directiva y el vestuario.

¿Le pesa en esta categoría de División de Honor ser Fernando Amorebieta?

—No, solo pienso en ayudar al club en lo que pueda. El objetivo es subir, pero conscientes de que es muy difícil.

¿Es más que un jugador, es una referencia dentro del vestuario?

—Intento ayudar y aconsejar a los chavales, a aconsejarles. No soy el entrenador, pero quiero colaborar con mi experiencia en el fútbol.

¿Le vacilan sus excompañeros del Athletic por jugar de delantero?

—Suelo quedar bastante con Susaeta, Beñat... y la verdad es que les hace gracia. Saben que me hacía ilusión terminar aquí y jugar de delantero.

¿Para cuándo su primer gol?

—Se me está complicando. La verdad es que solo he jugado ratitos en estos cuatro partidos, pero espero que no se demore mucho en llegar.

Ha vuelto tras una experiencia de casi cinco año en América. ¿Qué fútbol se encontró?

—Es un fútbol diferente, sientes que hay mucha gente que quiere salir, que quiere triunfar, que verdaderamente está necesitada, tienen otra manera de entrenar porque saben que para ellos es una oportunidad de oro.

¿Se gana para vivir bien?

—Bueno, los jugadores suramericanos piensan más en salir para Europa, pero así y todo es un mercado interesante. La mía ha sido una experiencia positiva, se juega Libertadores, son competencias muy bonitas y en el Independiente llegamos a ser campeones de la Suramericana... Hay mucho talento.

Tuvo problemas de cobro en el Independiente y su caso se judicializó.

—El club estaba mal económicamente y cuando rescindí el contrato llegamos a un acuerdo del que se beneficiara las dos partes, pero ellos incumplieron la forma de pago y no hubo más remedio que tomar la decisión de llevarlo a la Justicia.

¿Cuánto le debían?

—Ya está todo resuelto, se ha arreglado y toca cerrar esa página.

Regresa también a casa ocho años después de su salida del Athletic. ¿Volvería a hacer lo mismo, a no aceptar la oferta de renovación?

—Como en casa no se está en ningún sitio. Si tuviera que tomar una decisión ahora, esta sería diferente. No es un arrepentimiento, sí que tomaría otra decisión, que sería la de haberme quedado, pero también he conocido cosas bonitas, diferentes culturas, diferentes países....

¿Por qué no renovó?

—Había un tira y afloja con el club. No era un tema estrictamente económico, sino de duración de contrato. También había gente por detrás que apuntaba alto y creía que era lo más conveniente en ese momento.

¿Lo dice por Aymeric Laporte?

Así es. Es un jugador de altísimo nivel, está en la mejor liga del mundo y en un grandísimo equipo.

¿No se sintió lo suficientemente valorado por el Athletic?

—Creo que sí me valoró. En los procesos de las renovaciones hay muchos factores, gente en medio, malos entendidos... Ir de frente es lo más correcto y en ese momento creo que fue por las dos partes, porque no es justo solo echar la culpa al otro lado. De todo se aprende y al final creo que he hecho una carrera importante y ahora me toca disfrutar de otro fútbol.

¿Le dolió que el Athletic le retirara la oferta de renovación?

—En ocasiones no llega la información como debería, incluso me enteré por los medios de comunicación. No vamos a mirar atrás y nos tocó tomar diferentes rumbos.

¿El proyecto del Fulham era más interesante que el del Athletic?

— ¿Más interesante? Para nada. Más interesante que seguir en el Athletic no hay nada fuera. Tomé esa decisión y he disfrutado mucho. Jugar en la Premier es bonito, pero también le das vueltas, de haberte iniciado en el Athletic y haber podido acabar la carrera en el Athletic.

¿Comparte la impresión de que no estuvo a su mejor nivel en el fútbol inglés?

—Cuando uno sale de casa, no es tan fácil ir al extranjero a jugar con diferentes nacionalidades y te das cuenta aún más de lo que es el Athletic. Te toca batallar, porque si no...

¿Mucha presión?

—Era una presión diferente. Defender el escudo del Athletic supone más presión, porque al final es el club en el que te has formado, al que quieres y es una responsabilidad grande.

¿Ha dado muchos tumbos en su carrera desde que salió del Athletic, han sido pasos hacia atrás?

—No, los pasos que he dado han sido correctos. Sí es cierto que salir del Athletic no es fácil, en el Fulham teníamos veinte nacionalidades diferentes, cuando estás acostumbrado a convivir con amigos.

A Fernando Llorente, Javi Martínez y Ander Herrera, quienes año arriba, año abajo, salieron del Athletic en la misma época que usted, les ha ido mejor en cuanto a títulos y en clubes grandes.

—No me gusta compararme con nadie. Ander, Llorente y Javi han tenido una carrera increíble, incluso Ander está espectacular en el PSG, pero son jugadores diferentes. Han tenido la suerte de estar en grandísimos equipos y lograr cosas. Yo, como te digo, estoy contento con lo que he hecho y daría por buena mi carrera.

Precisamente, pudo jugar en el nuevo San Mamés con el Sporting en la campaña 2016-17 y tuvo ese rifirrafe con Aritz Aduriz. ¿Qué fue de aquello, lo arregló con Aduriz?

—Con Aritz tengo una gran relación y de hecho hace poco estuve con él. Todos me conocen cómo juego, él también tiene un temperamento muy fuerte. Quedó ahí y lo importante es la relación que mantenemos.

¿Le molesta que le recuerden como uno de los jugadores que más veces ha sido amonestado en la liga y que le cuelguen el 'sambenito' de defensa duro?

—Cada uno es como es. He sido un jugador agresivo, que siempre ha ido muy fuerte y aquí, en Honor, los chavales también se ve que van fuertes.

¿Cómo cree que se recuerda a Fernando Amorebieta en el Athletic, qué huella ha dejado?

—Habrá un poco de todo. Habrá gente que hablará bien, otra, mal; pero es normal en el fútbol. En las temporadas que estuve en el Athletic (ocho, con 254 partidos oficiales disputados) di lo máximo que tenía y en ese aspecto no se me puede achacar nada. Sé que muchos me recordarán por mi agresividad y mi temperamento.

"No hay nada fuera más interesante que seguir en el Athletic; pero tomé esa decisión y he disfrutado, como jugar en la Premier"

"Suelo quedar con Susaeta, Beñat... y les hace gracia que juegue de delantero, aunque me hacía ilusión terminar así en el Iurretako"