Dos chispazos le dieron a Suecia el triunfo contra Grecia, muy superior en la primera parte, y el liderato del grupo B, en el que aventaja ahora en dos puntos a España a falta de otras tantas jornadas y de visitar La Cartuja. Suecia, que aguantó el empate a cero de milagro antes del descanso, fue letal en la segunda parte, con dos goles en diez minutos: un penalti de Forsberg y una gran acción de Isak. Antes, Grecia había estrellado dos balones en los palos, como los nórdicos hace un mes en Atenas, donde cayeron 2-1. Ocho victorias seguidas en casa en partidos de clasificación para un Mundial firmaba Suecia hasta ayer, mientras Grecia solo había perdido uno de los últimos doce a domicilio de ese tipo.

Pese a jugar en el Friends Arena, a Suecia se le atragantó Grecia desde el inicio: un equipo ordenado, aguerrido, bien entrenado por John Van't Schip, que no concedió una sola ocasión en la primera parte y tuvo que irse al descanso por delante en el marcador.

Grecia cedió la pelota la mayor parte del tiempo, saliendo a todo trapo cada vez que la recuperaba. No mejoró mucho Suecia con el descanso, aunque al menos cortó la vía de agua de los contraataques griegos. Quaison, que sustituía al sancionado Kulusevski, se sacó un latigazo que Vlachodimos despejó. Era la primera ocasión local, en el minuto 56. Pero Mavropanos, impecable hasta entonces, cometió un penalti grosero derribando a Isak, que le había ganado la carrera persiguiendo un balón largo de Lindelöf. Forsberg no perdonó. El equipo de Janne Andersson volvió a marcar en una jugada tan simple como efectiva: un saque largo de Olsen que se comió la zaga griega y en el que se volvió a lucir Isak.