"YA sabíamos de que pie cojea, ha estado muy bien, es totalmente anormal que haya un jugador con esa personalidad y ese fútbol con 17 años", dijo muy ufano Luis Enrique Martínez al término del Italia-España disputado el miércoles en Milán (1-2). El ya sabíamos fue una respuesta con retranca del seleccionador español hacia los gacetilleros futbolísticos, muy críticos con el perfil y nombres de buena parte de los jugadores que convocó para esta final a cuatro de la Liga de Naciones. Entre ellos está Pablo Martín Páez Gavi que con este nombre ya ha entrado en el salón de la fama.

No solo convocó Luis Enrique a Gavi, sino que lo puso de titular frente al mismísimo campeón de Europa y en su santuario de San Siro, de donde salió por la puerta grande para asombro general. Sin embargo el centrocampista de Los Palacios (Sevilla) ya había derribado las puertas palaciegas. Frente al Getafe, el 28 de agosto se había convertido, con 17 años y 24 días, en el cuarto jugador más joven de la historia del Barça en debutar en el primer equipo en Liga tras Vicente Martínez, Ansu Fati y Bojan Krkic Pérez.

"Es un perfil de interior típico de nuestro sistema, un jugador capaz de jugar entre líneas, que no pierde el balón, con unas cualidades físicas que se han visto. No solo es el futuro de la selección, es el presente", siguió elogiando Luis Enrique, relamiéndose por el tanto que se había apuntado con su osadía.

Realmente un jugador tan reputado, versátil y contumaz como Verrati las pasó canutas con Gavi flotando en su zona de influencia. También cayó en las inmediaciones de Emerson Palmieri, lateral de la selección italiana, que poco o nada sabía de él. Hasta la noche del miércoles. "No le conocía y me impresionó. Hizo un gran partido, se ve que tiene un potencial enorme", señaló el jugador del Olympique de Lyon.

Eso ya lo sabían de sobra en el Barça. A él se agarró Ronald Koeman ante el naufragio del equipo blaugrana. En ese partido frente al Getafe jugó también Nico González, el hijo de Fran, emblemático capitán del Superdépor en los noventa, que ya había debutado antes, ante la Real Sociedad. Eso sí, Nico no ha sido tan precoz (19 años) como su compañero sevillano.

Junto a Ansu Fati y Pedri, ambos de 18 años, y se podría añadir el central uruguayo Ronald Araújo, que a sus 22 años es titular indiscutible en el eje de la zaga, configuran una pléyade de jóvenes talentos que auguran un buen futuro para el Barça, sobre todo ahora que tiene que tirar de La Masía y hace de la necesidad virtud. Ya lo expuso Ferran Reverter, director general del FC Barcelona, cuando el miércoles explicó la auditoria del club dibujando un panorama casi apocalíptico. "El Barça podrá fichar a un crack o dos" en las próximas temporadas, dijo, y añadió: "La gran ventaja que tenemos es que no necesitamos fichar a 10 o 15 jugadores", enfatizando el valor de la cantera.

Como le pasó a Ansu Fati, que estaba en la órbita del Sevilla cuando el Barça perpetró un asaltacunas en toda regla, Gavi comenzó a destacar en el Betis y en 2105 también se lo llevó el Barça con 11 años, un alevín. "Él venía ya con casi todo de serie, pero sí que tuvimos que canalizar su temperamento y forma de entender la competición. Por ejemplo había que calmarlo porque no digería las derrotas", revela un técnico de La Masía. De ahí que cuando empezó a jugar con el primer equipo del Barça no se cortó un pelo, ni tan siquiera en la media hora frente al Bayern en el partido de Champions, disputando con una energía fuera de lo común para un cuerpo que apenas alza 1,73 metros.

Con ficha del juvenil, en el Barça ya ha iniciado contactos con Iván Peña, su representante, parar hacerle un contrato a la altura de los acontecimientos. La de un chaval que con 17 años disfruta de la anormalidad de codearse con la élite.