Si había un guion soñado para el primer partido como local del Amorebieta en LaLiga SmartBank, Lezama lo bordó. Victoria con remontada incluida a costa de un Almería que, en inferioridad numérica desde el minuto 18, acabó cediendo ante el bravo empuje local en un encuentro que pasará a la historia como aquel en el que el cuadro azul logró su primer triunfo en el fútbol profesional. Los goles de Iker Bilbao, quien ya se erigió en el héroe del ascenso a la categoría de plata con su zarpazo al Badajoz, y Koldo Obieta, decisivo con una volea que requirió del videoarbitraje para no ser injustamente invalidada, tumbaron al cuadro andaluz y dieron la primera alegría del curso a un enérgico Amorebieta que afrontó el choque con revolución incluida en el once inicial.

Seis fueron las novedades en la alineación zornotzarra, que presentó una línea defensiva en la que solo repitió Oier Luengo respecto a Anduva. En ella se alistó por primera vez de inicio el central Óscar Gil, así como el capitán Iker Seguín y el recién incorporado Gaizka Larrazabal, quienes ocuparon los carriles con Mikel San José estrenando liderazgo en un centro del campo en el que también debutó como titular el goleador Iker Bilbao. Iker Unzueta, por su parte, volvió a la titularidad en el ataque junto a Gorka Guruzeta, uno de los pocos indiscutibles hasta la fecha para Iñigo Vélez, quien cumplió en tan señalada cita su partido oficial número cien como entrenador de un equipo que recibió un directo a la mandíbula a los tres minutos de juego.

No pudo comenzar peor la contienda, pues Curro Sánchez, con una inverosímil parábola tras valerse de un error en la entrega de San José, superó la baldía estirada de un sorprendido Santamaría para adelantar al cuadro almeriense, que a punto estuvo de golpear de nuevo en el minuto 10. El nigeriano Umar Sadiq, autor de veinte goles el pasado curso en una LaLiga SmartBank en la que figura como el jugador con mayor valor en el mercado, remató alto tras una jugada individual que volvió a poner contra las cuerdas al Amorebieta, que reaccionó de inmediato. Lejos de amilanarse y de dar un paso atrás, los azules se mantuvieron fieles a su estilo y obtuvieron premio a la presión alta sobre el rival.

Iker Bilbao, astuto, interceptó un horroroso envió a ras de césped del guardameta Giorgi Makaridze y, tras controlar el esférico, mandó el balón al fondo de las redes para devolver las tablas al marcador. Enloqueció la afición zornotzarra en las gradas y la locura se trasladó al césped, donde San José, efectivo esta vez en el robo tras otro regalo visitante, puso en el vis a vis con el portero georgiano a Guruzeta, que fue derribado por detrás por Lucas Robertone. Vio la roja directa el argentino y Álvaro Peña, en el rechace de la falta lanzada por Iker Unzueta, rozó el 2-1. Cerca estuvo de encontrarlo también un omnipresente Iker Bilbao apenas 180 segundos después en otro regalo con lazo incluido de Makaridze, quien volvió a poner el balón a sus pies, peor no atinó en el control y el gol se esfumó.

Con un jugador más sobre el césped, los vizcainos apenas dejaron respirar a los andaluces hasta el descanso, con nuevas ocasiones para Luengo y Guruzeta. Ninguno de los dos acertó en la definición y tampoco lo hizo, para alivio local, el incansable Sadiq, siempre dispuesto para el gol. De esta manera, con empate en el luminoso por tercera jornada consecutiva para un intenso, valiente y punzante Amorebieta tocó a su fin el primer acto, lo cual celebró el Almería, superado de cabo a rabo y en inferioridad numérica con 45 minutos por delante.

PREMIO A LA INSISTENCIA

Se impuso en la primera mitad la propuesta futbolística del conjunto zornotzarra sobre la del diezmado equipo dirigido por Rubi, uno de los candidatos al ascenso a Primera División tras invertir doce millones de euros en fichajes este verano, y tras la reanudación Álvaro Peña fue el primero en probar fortuna para mantener la inercia del choque.

El lateral navarro Aitor Buñuel, sin embargo, tuvo en sus botas el 1-2 en el 49, cuyo disparo libre de marca desde el corazón del área desvió a córner un providencial Luengo. El aviso, pese a resultar de primera magnitud, no varió el guion del envite. Siguió pico y pala el Amorebieta, que puso en apuros a Makaridze a la hora de juego con un potente disparo del recién incorporado Larrucea, uno de los cinco cambios que introdujo Iñigo Vélez para mantener fresco de piernas e ideas a un equipo que obtuvo la recompensa a su infatigable trabajo en el minuto 85.

Con las gradas de Lezama a la espera de poder entrar en ebullición, fue Koldo Obieta, bajo la condición de revulsivo tras ingresar en el verde en detrimento de Guruzeta, quien armó el taco. Lo hizo, eso sí, con suspense, pues su volea al fondo de las redes fue anulada en primera instancia por un inexistente fuera de juego que corrigió el VAR. Celebraron el tanto por todo lo alto jugadores, cuerpo técnico y aficionados, unidos todos por un sueño común que impulsó ayer Lezama a costa de un Almería derribado por el orgullo de un pueblo.