Reuniones con LaLiga, infinidad de llamadas desde los medios de comunicación, conversaciones con sus directivos y con el Ayuntamiento de Amorebieta-Etxano... Jon Larrea (Zornotza, 45 años) es víctima en primera persona de la vorágine que ha generado el histórico ascenso a Segunda División de la Sociedad Deportiva Amorebieta, de la que es presidente desde abril de 2018, y como cabeza visible de la modesta entidad vizcaina le toca asumir tanta carga de trabajo y presión. Atiende a DEIA durante un hueco que le permite su agenda. Es abogado. La conversación tiene lugar después de impartir una clase en el Ilustre Colegio de Abogados del Señorío de Bizkaia y minutos antes de atender un encuentro profesional de manera telemática.¡La que han liado con el ascenso a Segunda División!

—La verdad es que así es. Sinceramente yo no lo esperaba, pero el equipo sí estaba convencido de que la podía liar. De la noche a la mañana hemos pasado de un escenario a otro radicalmente diferente.

¿Cuánto se tarda en asimilar que un pueblo de poco más de 19.000 habitantes cuente con un equipo en Segunda División?

—No sé cómo se asimila. Es evidente que desde el domingo, cuando emprendimos el viaje de vuelta, y desde el lunes ya empezamos a trabajar en el nuevo proyecto. No da tiempo de asimilarlo, entras en una rueda que no te permite relajarte ni te da casi margen para pensar.

La celebración habrá sido también histórica, algún exceso habrán cometido.

—Cuando parecía que teníamos todos los condicionantes en contra, nos presentamos allí, van 500 personas de Amorebieta, nos sentíamos como el invitado en una fiesta que no era la nuestra. El partido acabó a la doce de la noche y entre celebración y alguna cosa más llegamos al hotel a las dos y media de la madrugada.

El partido ahora lo tiene que jugar la Junta Directiva que preside. ¿Qué es lo que más le agobia en unos días de lo más movidito?

—Te das cuenta del mundo en que te has metido. Lo que ahora nos preocupa es cumplir los requisitos, ser diligentes, responsables y saber llevar este proyecto con la responsabilidad y formalidad que se merece.

El miércoles ya tuvo su primera reunión en Madrid con LaLiga. ¿Qué es lo que sacó en claro?

—Es una galaxia totalmente diferente. Acudimos los cuatro equipos que hemos ascendido, estuvimos toda la tarde, recibimos algunas pautas, unas más concretas que otras, pero lo que se trata es de ayudarte, en qué consiste LaLiga, qué estructura debemos tener... Fue una primera toma de contacto para ayudarnos, incluso a inscribirnos en LaLiga.

¿Qué matiz o requisito valoran como más complicado de cumplir?

—Tenemos que hacer auditorías, crear la figura del director general y un montón de gestiones. Pero poco a poco, en los plazos que nos marquen y nos dicen que ante cualquier duda estemos tranquilos en ese sentido.

Les avala su gestión; hace tres años cogieron un club con una deuda con la Seguridad Social que superaba los 400.000 euros. ¿Está ya saldada?

—Tenemos algunos aplazamientos respecto a esos pagos, pero los vamos cumpliendo. Con respecto al resto de conceptos, estamos al día.

¿Cuánto debe el Amorebieta?

—No sé decirlo en su cuantía exacta. Es como si fuera una hipoteca y cuyas cuotas debemos ir pagando, pero, insisto, estamos cumpliendo los plazos acordados.

¿Cómo se convence a unos futbolistas para integrarse en una plantilla sabedores de que el tope salarial está en los 1.500 euros mensuales?

—Eso es mérito de Asier Goiria. Recuerdo que en mayo o junio del año pasado Asier nos decía: hoy he estado en Ondarroa, ayer no sé dónde. Se recorría todo Euskadi para ir personalmente a hablar con los jugadores que componen la plantilla y convencerles del proyecto, qué era nuestra oferta deportiva, y creo ha salido muy bien.

¿Cuánto ha recibido cada jugador de prima?

—Eso queda entre nosotros.

¿Más de 1.500 euros?

—Bueno, sí (se interrumpe).

Han asegurado la continuidad de Asier Goiria como director deportivo.

—Hemos tenido esa fortuna, nos costa que ha estado en el mercado, que ha habido gente interesada. Ha vuelto a darnos una lección de trabajo y de responsabilidad, ya que ha decidido seguir en este proyecto.

¿Va a seguir también Iñigo Vélez de Mendizabal como entrenador?

—Queremos creer que sí. Vamos a trabajar en esa clave, para él es muy importante que siga Asier (Goiria), y, por tanto, hemos ganado un poco de terreno. En los próximos días esperamos que Iñigo siga con nosotros.

¿Será una decisión inminente?

—Puede ser hoy, mañana, el martes... pero tiene que ser a la máxima brevedad posible.

¿Expira su contrato este junio?

—Se le hace contrato año a año, y sí creo que tenía la prórroga por ascender, pero entiendo que era para la nueva Primera RFEF.

¿Tiene un plan B por si no sigue Iñigo Vélez de Mendizabal?

—Supongo que lo tendrá Asier. Es su trabajo y no se lo podrá jugar todo a una carta, pero estoy convencido de que va a seguir. Yo, por lo menos, es el único plan que tengo.

¿Con qué montante dispone el director deportivo para confeccionar la plantilla?

—Es la pregunta del millón, nunca mejor dicho. El miércoles estuvimos en LaLiga y una de las cuestiones que pensábamos que se iba a tratar, y no se trató, era la de los ingresos por derechos televisivos; y a la medida de que nos vayan concretando esos datos, veremos si contamos con cero o con diez.

¿Y nos les confirmaron lo de los 5,5 millones de los que se hablaban?

—Es el cálculo que se hacía respecto a años anteriores. Nos han dicho que ya nos lo avanzarán porque dependen de un montón de variables, pero no nos han dado las cifras.

¿Cuántos futbolistas tienen contrato más allá del 30 de junio?

—No sé decirle la cifra exacta y no es un asunto que me preocupe mucho. Sí es verdad que algunos tenían prórroga por ascender, pero a la Primera RFEF, pero no sé la realidad de cada contrato.

Lo cierto es que los tienen que revisar, porque la remuneración es muchísimo mayor a la actual.

—Se aplica el convenio, hay unos salarios mínimos y evidentemente hay que afrontar esa realidad.

¿Cuánto es el salario mínimo?

—Está alrededor de los 80.000 euros brutos anuales.

La plantilla del Amorebieta está formada en su totalidad por jugadores vascos y en su mayoría euskaldunes. ¿Van a mantener la misma filosofía o la tendrán que revisar debido a la exigencia de Segunda?

—Me gustaría mantener esta filosofía, es un plus que te da unión, familiaridad, ambiente... Hicimos esa apuesta y la queremos mantener, pero, como dice, el escenario es distinto. Si nos tenemos que salir de la misma que se haga en casos puntuales, pero eso ya corresponde a lo que vaya marcando Asier.

O sea, no se cierran a un posible cambio.

—Cerrarse, no, pero sí priorizamos ese escenario.

¿Ha habido algún club que les quiera comprar la plaza?

—Directamente, no, Salió aquella noticia en Cope Badajoz, que estaban negociando el Badajoz y el Amorebieta, pero el propio medio a las dos horas lo desmintió.

¿Ha tocado ya la puerta del Athletic?

—Con el Athletic hablamos antes del play-off, porque estábamos los dos, somos club convenido y queremos seguir siéndolo durante muchos años. En esa reunión nos emplazamos para volver a sentarnos, ver cuál es la situación y valorarlo. Pero estos días ha sido una locura y cuando pase, nos reuniremos.

¿Van a pedir cedidos al Athletic?

—Todavía no lo hemos hablado. Asier ya lo estará trabajando, estará dando vueltas, pero de momento no nos hemos sentado con el Athletic, incluso será el director deportivo el que toque esa puerta.

¿Necesita el Amorebieta refuerzos desde el Athletic?

—Un poco más de lo mismo, son cuestiones deportivas. En cuanto a estructuras y organigramas, sí nos va a venir bien esa relación con el Athletic en todos los sentidos. Cuanta más ayuda recibamos del Athletic, que siempre la hemos tenido, será mejor.

En el Athletic hay jugadores procedentes del Amorebieta, están los casos de Jon Morcillo, Oier Luengo...

—Jon Morcillo creo recordar que estuvo en primer año de cadete, luego fue a la Cultural de Durango. Oier Luengo estuvo en el Regional, debutó después en el primer equipo de la mano de Joseba Etxeberria, le fichó el Athletic, vino cedido al Amorebieta, volvió al Bilbao Athletic. Son cuestiones que tiene que valorar Asier Goitia.

¿Han recibido llamadas de clubes interesándose por alguno de sus jugadores?

—Que me conste, no. Es cierto que este es un escaparate y no me extrañaría que algunos clubes pudieran ponerse en contacto con ellos.

El presupuesto para esta campaña era de 700.000 euros. Habrán hecho ya cálculos para el de Segunda División.

—Dependemos un poco de que se nos concrete desde LaLiga cuánto nos corresponde por derechos televisivos, tenemos que valorar el tema de patrocinios, cuotas, un montón de cuestiones, han pasado un puñado de días y no hemos tenido tiempo para analizarlas.

¿Van a emprender a corto plazo la conversión en sociedad anónima?

—Tenemos el plazo de un año. Sí es verdad que tenemos que dar pasos a lo largo de esta temporada.

Se habla de 4,5 millones de euros.

—Se habla de esas cantidades, pero no nos han concretado la cifra.

¿Cómo se va a captar ese capital social?

—No hemos llegado a ese escalón.

¿Temen que llegue un mecenas, un excéntrico millonario, que quiera comprar la mayoría de las acciones?

—No se nos ha dirigido nadie. La Asamblea es soberana y deberá decidir los términos del proceso de conversión. No nos vamos a volver locos, creo que derrochar sería un error. Cuanto sepamos a cuánto se elevan los ingresos que tengamos, debemos ser cautos, que el Amorebieta no vivirá un año, sino esperemos que cien más.

¿Genera vértigo convertirse en sociedad anónima y poder descender en un año?

—No sé si vértigo, pero responsabilidad la estamos notando desde el primer momento. Desconocemos, sin embargo, la letra pequeña de este tipo de conversiones en sociedad anónima y deberemos recabar más información en su momento.

¿Está descartada la posibilidad de jugar en Urritxe?

—No, porque seguimos en la misma voluntad de que se juegue en Urritxe. Han venido los responsables de LaLiga en cuanto a estructuras, seguridad, televisión, han sido cercanos, pero herméticos en tanto y cuanto no nos han llegado a trasladar si lo ven bien o lo ven mal.

Es evidente que tendrán que afrontar una reforma importante.

—En caso de que sea posible, entiendo que sí.

El campo es municipal, ¿no?

—Sí. El Ayuntamiento también está en espera de esos informes, de si hay que cambiar esto o aquello, de si es imposible o tenemos luz verde. Estamos a la expectativa de lo que nos diga y el Ayuntamiento va de la mano con nosotros.

Está el caso del Rayo Majadahonda, que durante unos meses tuvo que jugar en el Vicente Calderón hasta adaptar su campo.

—No conozco de cerca su realidad. Es verdad que para la adaptación del campo LaLiga es consciente de que te dará una moratoria y si tienes que jugar durante un tiempo fuera de tu campo debido a esas obras, te lo permitirá, sobre todo cuando la liga empieza el 14 de agosto y los plazos de obra son los que son.

¿Lezama es la opción preferencial?

—En caso de que no se pueda en Urritxe y en función de las exigencias, no sé si Lezama las cumplirá, valoraremos dónde podemos ir. Nuestra primera puerta que debemos tocar es la de Lezama.

¿Le gusta Lasesarre?

—Me gusta Lasesarre, me gusta Ipurua y un montón de campos. Prefiero que sea Urritxe y, repito, la primera puerta que tocaríamos sería la de Lezama.

¿Es vendible que siendo un club vizcaino jueguen en Gipuzkoa?

—Tenemos una excelente relación con el Eibar, también con el Barakaldo. A día de hoy solo son hipótesis.

"Si nos tenemos que salir de nuestra filosofía (solo jugadores vascos), que se haga en casos puntuales”

"Los técnicos de LaLiga no nos han trasladado si Urritxe lo ven bien o lo ven mal, han sido herméticos”