El Barakaldo decidirá su futuro inmediato en la Asamblea que los socios celebrarán el próximo lunes. El club gualdinegro ha vivido una de las peores temporadas de su centenaria historia tanto en el apartado deportivo, con el descenso a lo que será la quinta categoría del fútbol estatal sin apenas haber podido competir con los rivales de su grupo, como en el económico. La entidad fabril salió de la situación concursal en que se hallaba pero teniendo que afrontar una deuda y sanción que ascienden a 1,2 millones de euros.

A ello se suma la crisis institucional, ya que el club es actualmente regido por una junta gestora toda vez que ningún candidato quiso optar a presidir el club. Precisamente esta gestora y su presidente, Jesús María Isusi, fueron lo impulsores de la conversión de la entidad en sociedad anónima deportiva como única vía para la viabilidad del club y para el pago de la deuda con la Seguridad Social.

Sin embargo, el descenso de dos categorías hace ahora muy difícil el acceso de inversores que aporten dicha cantidad más un millón de euros como capital inicial de la sociedad anónima, arrojando un total de 2,2 millones de euros en acciones.

Una cantidad que si ya resultaba difícil alcanzar con el club en Segunda B y con 1.200 socios, ahora se antoja casi imposible con el equipo en quinta categoría. Por ello, la posibilidad de que los socios aboguen por la disolución del club para refundarlo y comenzar de cero no resulta ahora nada descabellada. Habrá que esperar, pues, al lunes para comenzar a conocer la resolución que los socios adopten y para aclarar el futuro inmediato del club.