El Barakaldo tendrá que afrontar finalmente un pago de 1,232 millones de euros con la Seguridad Social, tal como prevé el convenio alcanzado con el organismo público en la fase final del concurso de acreedores en que el club gualdinegro se halla inmerso desde hace algo más de un año. La cuantía, que supera con creces el presupuesto de la entidad de Ezkerraldea, incluye la sanción impuesta por la Seguridad Social, de alrededor de 700.000 euros, una cantidad que el presidente de la junta gestora, Jesús María Isusi, consideró el martes “muy desproporcionada” para el club, pese a que el convenio contempla la “rebaja de algunos créditos” por valor de 200.000 euros. “Ha habido casos precedentes en que la sanción no ha sido tan grande”, añadió el mandatario, que, pese a todo, reconoció que “la falta de colaboración de la anterior junta” durante la fase de inspección ha podido resultar “determinante” en la resolución. Los 1,232 millones de euros deben abonarse en los cinco ejercicios sucesivos, con la posibilidad de posponer algunas de las deudas contraídas otro lustro más.

En una cruda rueda de prensa celebrada apenas un día después de que Aitor Larrazabal dejara de ser entrenador del primer equipo, el plano deportivo pasó forzosamente a un segundo plano. El presidente de la gestora presentó a los medios de comunicación -hoy lo hará a los socios- un panorama “muy sombrío” detallando, cronológicamente, los pormenores de un proceso, el del concurso de acreedores, que ha estado a punto de provocar que “tres veces a lo largo de este año” el club haya estado “al borde de la disolución”.

Así las cosas, la “única solución” que ahora mismo maneja la junta es la conversión a SAD, aprobada el pasado año por los socios en asamblea pero suspendida por el proceso concursal. Un proceso que pretende ahora retomar la directiva encabezada por Isusi y que permita dotar al club del “músculo financiero” necesario para afrontar el pago de la sanción. Algo para lo que la gestora se muestra “optimista” pero que se antoja no tan fácil teniendo en cuenta la también crítica situación deportiva del equipo y el descenso de ingresos que está suponiendo la pandemia. En cualquier caso, Isusi mantiene intacta la esperanza. “Barakaldo nunca se rinde, como dice el lema, y somos un club centenario con la segunda ciudad de Bizkaia apoyándonos. Somos una ciudad y un club golosos para los inversores”, añadió el máximo responsable de la gestora.