XISTEN equipos camaleónicos, capaces de aclimatarse a una u otra propuesta futbolística en función del rival y del momento, pero no es el caso del Getafe de José Bordalás (Alicante, 5-III-1964). El conjunto azulón, próximo rival del Athletic , recibirá el domingo la visita de los leones abrazado al invariable e innegociable estilo impulsado por un entrenador que se mantiene firme en el banquillo local del Coliseum. Sentado en él desde su llegada al club en septiembre de 2016 ordena y manda un técnico de ideas fijas y sello inconfundible que ha convertido al equipo madrileño en uno de los rivales más férreos y rocosos de la Primera División, categoría en la que el Getafe se ha asentado desde su último ascenso en 2017.

Tanto que, en su regreso a la élite, firmó un meritorio octavo puesto que mejoró en el ejercicio 2018-19 al igualar la mejor clasificación histórica de la entidad con una quinta posición que le dio el billete para competir en la Europa League. Eliminados la pasada temporada por el Inter de Milán en octavos de final, los de Bordalás no pudieron renovar pasaporte continental al finalizar el campeonato doméstico en octavo escalón. La vuelta a la competición tras el parón provocado por la pandemia del coronavirus se le atragantó y de qué manera al Getafe, que perdió fuelle a partir de entonces sin ser capaz de recuperar su mejor versión en el arranque de la presente campaña. Los pupilos del entrenador alicantino, no en vano, batallan como de costumbre sin encontrar el premio de años anteriores.

Su undécima posición actual en la tabla con doce puntos en nueve jornadas, mismos registros que presenta el Athletic, octavo, es fruto de tres victorias, tres empates y otras tantas derrotas. La irregularidad, así las cosas, marca el presente de un equipo que hincó el diente a LaLiga en la segunda jornada venciendo por la mínima a Osasuna (1-0) y que se mantuvo imbatido en los dos siguientes encuentros al empatar en su visita al Alavés (0-0) y golear al Betis como local (3-0), pero la racha se cortó de golpe. Más allá del celebrado triunfo frente al Barcelona (1-0) en su quinta cita liguera, el Getafe no ha vuelto a ganar. Perdió 3-0 ante la Real Sociedad a domicilio y en las cuatro últimas jornadas se ha mostrado incapaz de sumar los tres puntos en juego al enlazar dos derrotas en casa contra Granada (0-1) y Villarreal (1-3) y sumar sendos empates lejos del Coliseum ante Valencia (2-2) y Eibar (0-0).

Con solo ocho goles a favor en nueve partidos, por nueve en contra, el principal déficit de los azulones asoma en su ataque, carente de la eficacia de años anteriores. Las marchas de Jorge Molina y Deyverson fueron cubiertas durante el mercado estival con las incorporaciones de Enes Unal y Cucho Hernández, quienes suman un solo gol entre ambos. El primero, en blanco hasta la fecha y sin apenas impacto en el colectivo, continúa sin demostrar sobre el verde el porqué de los nueve millones de euros que desembolsó por sus servicios un Getafe que sí valora positivamente la cesión de Cucho, si bien el delantero colombiano, puro pundonor y capacidad de sacrificio para satisfacción de Bordalás, solo ha marcado un gol en lo que va de temporada.

Jaime Mata, la principal referencia ofensiva del equipo en las últimas temporadas, suma dos tantos, siendo Ángel Rodríguez, el eterno revulsivo a los ojos del técnico alicantino, el máximo goleador con tres dianas de un Getafe que sigue apostando por la fórmula de doblar laterales para ganar en consistencia como bloque.

ETXEITA, SUPLENTE

Marc Cucurella y Allan Nyom, otrora laterales, son los extremos de Bordalás, inamovible en su sistema 1-4-4-2 con el exrojiblanco Xabi Etxeita de vuelta a la suplencia tras comenzar la temporada como titular. La goleada sufrida en Anoeta, con error incluido en uno de los goles, costó cara al central zornotzarra, que no ha vuelto a asomar de inicio en un equipo en el que parece sentenciado el también central Erick Cabaco, quien explotó tras ser sustituido ante el Villarreal con un desplante que no ha pasado por alto Bordalás, al frente de un Getafe que busca la fiabilidad perdida.

Los azulones, con solo ocho tantos a favor en nueve partidos, tienen en Ángel a su máximo artillero con tres tantos