Un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), motivado por los problemas económicos derivados de la pandemia, es la última vicisitud del Barcelona en 2020, un año salpicado de turbulencias, pese a su liderato en LaLiga y su presencia en los octavos de final de la Champions.

La gran preocupación del presidente, Josep Maria Bartomeu, es alcanzar un acuerdo para la reducción de salarios de los jugadores del primer equipo de fútbol, una masa salarial muy importante para los más de mil millones de euros de presupuesto que tiene la entidad para este ejercicio.

Pero por el momento no hay respuesta por parte del primer equipo, después de que este fin de semana los capitanes de las otras cuatro secciones profesionales (baloncesto, balonmano, fútbol sala y hockey patines) hayan dado su visto bueno a las medidas de contención económica.

El Barça presentará entre tres y cuatro ERTE, que afectarán a todas las personas que integran el club. Uno será para los empleados de las tiendas (la sociedad filial a través de la que explota las botigues), otro para el resto del personal no deportivo del club y otro para los deportistas de todas las secciones. Aún podría haber un cuarto procedimiento si el del primer equipo se tramita aparte.

El número medio de empleados del club durante la pasada temporada alcanza las 1.338 personas. 642 son deportistas profesionales, 468 de servicios administrativos, 213 están incluidas en el apartado de otros (instalaciones y servicios médicos, por ejemplo) y 15 del comité de dirección.

En la reunión de la junta directiva azulgrana del pasado jueves se informó de que la rebaja de salarios de los deportistas llegará al 70%. El club está negociándolo, pero no descarta dar el paso unilateralmente porque al club no le queda otro remedio para equilibrar el delicado balance.

Este ERTE tendría efectos retroactivos y duraría hasta que termine el estado de alarma. El 68% de los gastos del club corresponden a la masa salarial del primer equipo y del resto de secciones, o sea, 671 millones sobre unos ingresos de explotación de 990 millones durante la campaña 2018-2019.

Desde que ha empezado 2020, las buenas noticias no abundan en el seno del Barça, la última derivada por la crisis mundial generada por el coronavirus. Pese a ello, el equipo se mantiene líder de LaLiga y a la espera de la vuelta de octavos de final de la Champions.

La convulsión se inició el 9 de enero con la derrota ante el Atlético de Madrid en las semifinales de la Supercopa (3-2). Cinco días antes, el Barça había cedido un empate ante el Espanyol (2-2). Esos dos resultados sitúan a Ernesto Valverde en la rampa de salida. El club trató de sondear en Doha (Catar) a Xavi Hernández para hacerse cargo del equipo, pero rechazó la oferta (dos años y medio de contrato) porque le pareció "muy precipitada". Ronald Koeman tampoco la aceptó.

El 12 enero Luis Suárez fue operado de la rodilla izquierda, al día siguiente la directiva destituye a Ernesto Valverde y anuncia la contratación de Quique Setién; el 3 febrero se confirma la grave lesión de Dembélé, al día siguiente Eric Abidal, secretario técnico, asegura en una entrevista que algunos jugadores "no trabajaban mucho" con Valverde y Messi le responde. Y para rematar, el 6 febrero el Barça queda eliminado de la Copa en San Mamés (1-0) y el 17 febrero trasciente el pago de mucho dinero a una empresa para erosionar en las redes sociales a jugadores y mejorar el prestigio de Bartomeu.