madrid - El Leganés anunció ayer el final de la etapa de Mauricio Pellegrino al frente del equipo tras un comienzo de temporada en el que ha sumado sólo 2 puntos de 27 posibles y es colista de la Liga. El técnico argentino es el tercer entrenador cesado en lo que va de temporada, tras Marcelino García Toral (Valencia) y David Gallego (Espanyol).

Pellegrino se despidió de los aficionados del Leganés mediante una carta abierta publicada en las redes sociales del club. “Hemos llegado de común acuerdo a la extinción de mi contrato y de mi cuerpo técnico con el CD Leganés. Este club y su afición nos ha respetado como entrenadores y como personas, y queríamos con este gesto devolver el mismo respeto”, indica acerca de su salida. De momento Luis Cembranos, técnico del filial, será el encargado de dirigir al plantel los próximos entrenamientos.

Pellegrino abandona una entidad a la que llegó en el verano de 2018 tras recoger el testigo de un entrenador histórico para la misma como Asier Garitano, que llevó al equipo blanquiazul desde la Segunda División B a la máxima categoría del fútbol estatal. El destino ha querido que su predecesor en el cargo dirija ahora al Alavés, el último conjunto al que Pellegrino entrenó en España antes de llegar a Butarque. Esa resultó una buena experiencia en lo deportivo para él, ya que fue capaz de llevar al conjunto vasco a la final de la Copa.

Entre medias dispuso también de una oportunidad en la Premier League al frente del Southampton, si bien acabó siendo despedido, al igual que le sucedió previamente a su paso por el Valencia.

Tras firmar con el Leganés para afrontar su primera temporada, Pellegrino trabajó codo con codo junto a la dirección deportiva y puso de su parte para construir el proyecto. Sin embargo, como venía siendo habitual, la plantilla no se terminó de cerrar hasta los últimos días de mercado y eso fue uno de los factores que explicaron un mal comienzo que ya provocó que se cuestionara al timonel.

Finalmente, el equipo logró salvar la categoría con menos apuros que en cursos anteriores y ambas partes no tardaron demasiado en prolongar su vinculación pensando en un futuro prometedor.

Sellado ese aspecto, se convirtió en prioritario dar continuidad a lo que ya había. Así, se convenció a muchos integrantes del vestuario para que siguieran de una u otra manera. Y a ellos se sumaron refuerzos notables como el venezolano Roberto Rosales o el centrocampista Roque Mesa.

Faltaba que todo se acoplara para funcionar, a priori lo más sencillo teniendo en cuenta que ya se había conseguido meses atrás. Pero, al contrario de lo esperado, las expectativas se vinieron abajo. Las derrotas en partidos en los que el Leganés mereció más, como el que jugó contra Osasuna, decisiones arbitrales que le perjudicaron, como sucedió ante el Valencia, e incluso una mezcla de ambas, como se vio frente al Levante, provocaron que los puntos no fueran parejos a los méritos. - Carlos Mateo Gil