bilbao - Después de dejar el Athletic, Ernesto Valverde aterrizó en el Barcelona con dos años de contrato. En su primera campaña conquistó la liga y la Copa, y quedó fuera de la Champions League en los cuartos de final; en su segundo curso, el equipo se ha adjudicado la Supercopa de España y mantiene vivas sus opciones de ganar todos los títulos por los que compite. A pesar de que este segundo año está pendiente de ser evaluado, porque en el Barça el éxito solo cobra forma de trofeos, el club ha decidido prolongar la relación con el técnico de 55 años una temporada más otra opcional. La razón de ejecutar a estas alturas la extensión del contrato se debe a la voluntad de la entidad por aportar “estabilidad” al equipo.

“Creemos que es un entrenador que nos aporta mucho, por los títulos que ha conseguido y los que esperamos que consiga. Creemos que es un paso necesario y muy útil por la estabilidad que nos da y el futuro que empezamos”, manifestó ayer el vicepresidente del área deportiva del club, Jordi Mestre.

Precisamente por esa confianza que se deposita en él, Valverde aceptó la oferta con satisfacción. “Estoy muy contento y agradecido porque el club valora lo que estoy haciendo, me han planteado la posibilidad de continuar y estoy encantado con la situación”, declaró el entrenador, que coincide en la calma que reporta su situación. “Este punto de estabilidad con la renovación nos viene bien”, dijo, porque evita las especulaciones permanentes y que ya tiempo atrás habían hecho acto de presencia: “El excesivo ruido puede afectar”.

Si bien, Valverde confesó que su renovación se ha venido gestando desde tiempo atrás: “El club me lo propuso hace tiempo y nos dimos un margen para madurarlo todo. La decisión ha sido sencilla para mí”.

Y es que el extremeño reconoció que se encuentra “muy cómodo trabajando aquí, con el respaldo del club y también de los jugadores”. “Sabemos la dimensión que tiene nuestro club, y es un reto apasionante dirigir a este club y a estos jugadores. Todo esto hace que sea un aliciente más para continuar”, señaló el de Viandar de la Vera, que seguirá con Jon Aspiazu como técnico asistente y José Antonio Pozanco como preparador físico.

Hasta la fecha, la mota de Valverde es la eliminación en los cuartos de final de la Champions tras desaprovechar un 4-1 frente a la Roma al caer 3-0 en el partido de vuelta. No en vano, Messi ha admitido que el principal objetivo de este curso es la competición europea. Ganar o, cuanto menos, dejar una notable imagen en 2019 será una obligación.

Otro debate que ha rodeado a Valverde ha sido el estilo de juego. Se cuestiona la brillantez, pero los resultados respaldan al entrenador, que suma 65 victorias, 22 empates y 9 derrotas.

A favor del técnico, además de los resultados, está la gestión del grupo. Ha logrado administrar descansos a Messi sin que esto haya generado tensiones de vestuario. Asimismo, ha mostrado su arropo a Coutinho, que atraviesa horas bajas pero goza de la confianza del míster, o Dembélé, que generó dudas que se han ido disipando a base de fe en el futbolista y gracias a la incidencia de este en los resultados. Quienes no han disfrutado de gran participación han sido jugadores procedentes de la cantera, como Aleñá, Miranda o Riqui Puig, lo que se critica por ser pilares de los proyectos que han traído las últimas Champions.

“La única manera de cumplir los cuatro años es consiguiendo títulos”, sentenció Valverde, que asume el “reto” de traer títulos con un ojo puesto en la estética.