AQUÍ, si en el currículo pones que eres vasco, te abre muchas puertas”. La frase, que puede sonar exagerada, es de Aritz Arberas, preparador físico del Astana. Le sale de manera improvisada mientras el pelotón apura los últimos minutos antes de que la segunda etapa de la Itzulia eche a andar en Zumarraga. Pero lo cierto es que hay mucho de verdad en lo que expone. En Gasteiz, Ibai Jiménez, auxiliar del conjunto kazajo, le da la razón: “Siempre dicen que en cada equipo hay que tener un vasco”. Perder algo de tiempo, apenas un puñado de minutos, en repasar la nómina de corredores, directores, auxiliares y demás integrantes del organigrama de los distintos equipos que componen el WorldTour, permite dibujar ese escenario al que se refieren Arberas y Jiménez. En la Vuelta al País Vasco, donde confluyen los 18 conjuntos de la máxima categoría, los vascos no son mayoría, pero casi. Sin ir más lejos, en el Astana, entre corredores: Ion y Gorka Izagirre, Pello Bilbao y Omar Fraile; y los miembros del staff Iván Velasco y Javi Manero, a quienes se unen Aritz Arberas e Ibai Jiménez, están conviviendo esta semana ocho vascos. El Eustana.

Mientras da unos pequeños sorbos de una bebida azucarada, Alexander Vinokourov, el mánager general del conjunto kazajo, se sorprende por una simple pregunta. “¿Por qué tiene tantos vascos en el equipo?”. “¿No te gusta?”, bromea. “La respuesta es sencilla. Son buenos corredores, la gente del staff es muy trabajadora, se han adaptado muy bien al equipo y estamos muy contentos con el trabajo que hacen”. Aunque apenas ha pasado un puñado de días en la Itzulia, Vinokourov no puede evitar referirse al cariño que su equipo está recibiendo de la afición vasca: “Estos días estamos viendo el gran apoyo que está teniendo nuestro equipo. Es para estar orgullosos”.

De él, que conquistó los corazones de muchos amantes del ciclismo por su coraje y su valentía, hablan muy bien quienes le rodean. Domina varios idiomas como consecuencia de llevar toda una vida ligado a un deporte que si algo tiene y puede presumir de ello es de ser multicultural, aunque el euskera aún le suena extraño. La comunicación dentro del equipo en italiano? al menos de momento. “Las reuniones se hacen en italiano, los corredores vascos ya se van defendiendo en ese idioma, aunque igual nos toca aprender kazajo a todos”, sostiene Ibai Jiménez, uno de los últimos en llegar al Astana, donde ha aterrizado de la mano de los hermanos Izagirre, a quienes acompaña a lo largo y ancho del planeta como su fiel escudero.

La presencia de tantos vascos en un equipo extranjero ha facilitado la adaptación de todos ellos. Mikel Landa, ahora en Movistar, fue quien abrió la lata con su fichaje en 2014 tras la desaparición de Euskaltel-Euskadi. A él le siguió Pello Bilbao en 2017, quien ha ejercido de anfitrión. “Estar tantos nos ha ayudado a todos. Las cosas se hacen más fácil estando rodeado de amigos y gente que conoces”, apunta el gernikarra. Los detalles del equipo hacia los vascos son visibles en distintos lugares, como en las bolsas de agua de agua en las que los corredores guardan sus enseres personales durante las etapas, donde las ikurriñas son muy visibles junto a los nombres bordados de cada uno de los ciclistas.

AL ATAQUE El espíritu combativo del que ha presumido el conjunto kazajo desde su creación hace ya doce años, deberá salir a relucir en las dos últimas etapas, en las que se decidirá al ganador final de la Itzulia. Aunque Maximiliam Schachmann, el líder intratable de la carrera, amplió ayer su renta en Arrigorriaga con 19 segundos que podrían resultar vitales y cuenta con otros dos compañeros entre los seis primeros, Ion Izagirre no da nada por perdido: “Sabíamos que iba a ser un día difícil y así ha sido. Pero quedan dos días muy duros por delante y a ver si le podemos dar la vuelta a la clasificación. Al líder se le ve muy sólido, pero habrá que ver”.

Con Pello Bilbao implicado en una caída antes de la subida a Zaratamo, lo que le dejó fuera de la pelea por la general, todas las cartas del Astana pasan por las piernas de Ion, a quienes Iván Velasco y Aritz Arberas ven “bien” y “motivado”. “Está muy mentalizado y quiere ganarla. Eso ya es un paso”, sostiene Arberas, que como Vinokourov ansía la victoria del Eustana en la Itzulia: “Sería muy bonito ganar con un vasco en su casa”.