L último recuerdo siempre es el que se mantiene más fresco en la memoria, algo que muchas veces es injusto porque tiende a difuminar todo lo anterior. El Surne Bilbao Basket (recibirá al Joventut en el Bilbao Arena sin restricciones ya en cuanto a aforo), ya que la Liga Endesa ha llegado su segundo parón competitivo, el de la Copa y las ventanas FIBA, y lo que podía haber sido un descanso idílico, placentero a más no poder, quedó empañado el miércoles por la debacle en la cancha del Hereda San Pablo Burgos, dejando escapar tras dos prórrogas un encuentro que los hombres de negro tuvieron prácticamente ganado tanto en el acto final del tiempo reglamentario como en el primer tiempo extra y la posible salida del equipo de Valentin Bigote.

Según pasen los días, el borrón se irá difuminando y la gran trayectoria del conjunto vizcaino, que llega a este momento competitivo en décima posición, con diez triunfos y otras tantas derrotas, con cuatro victorias de colchón sobre la zona de descenso, irá ganando con toda justicia peso tanto en el recuerdo como en los análisis, pero la inmediatez lleva consigo que impere la sensación predominante por lo vivido en el Coliseum y esta sea de lamento, de oportunidad perdida, de haber hecho algo imperdonable en un encuentro con los condicionantes del miércoles (en la cancha del colista, ante un equipo prácticamente entregado al que solo le faltaba el golpe de gracia, pudiendo conseguir la octava victoria consecutiva e igualar la mejor racha triunfal en la ACB...): dejar escapar, hasta dos veces, una victoria que dejaba prácticamente sellada la permanencia en la Liga Endesa y abría la puerta a soñar con metas incluso superiores.

Y es que tras 34 notables minutos de baloncesto, manteniendo la tendencia de los últimos tiempos, todo lo acontecido a partir de ahí fue un desastre. Es cierto que el Burgos, en situación límite, apretó, pero los de Álex MumbrúDel 61-76 al 77-78 hubo un tres más uno para Marc García, un dos más uno para Julian Gamble, una falta tras dos tiros libres fallados por el propio pívot, un rebote concedido a un rival tras otros dos tiros libres errados por los locales, un par de pérdidas de balón... Y con empate a 81, Andrew Goudelock falló absolutamente solo el triple del triunfo. En la primera prórroga, la pesadilla bilbaina de los tiros libres (11 de 26 en el global) alcanzó su cúspide. Ludde Hakanson falló dos, los mismos que llevaba en toda la temporada, con 83-85, mientras que a diez segundos del final, tras una antideportiva, David Walker y Goudelock (25 de 27 hasta ayer) se dejaron uno cada uno por el camino para dejar con vida al rival. Lo aprovechó Marc García para fabricar otra prórroga con un triplazo. Cierto que tiró de unos nueve metros, con el factor suerte haciendo de las suyas, pero Damien Inglis le dio demasiado espacio cuando lo único que no podía encajar el equipo vizcaino era una canasta de tres puntos. Lo del segundo tiempo extra fue ya un derrumbe en toda regla.

Y para el futuro del equipo puede ser incluso peor la posible salida de Valentin Bigote. El alero francés está sopesando la posibilidad de abandonar la disciplina de los hombres de negro por razones personales. A sus 30 años vive su primera experiencia fuera del baloncesto galo y sopesa la posibilidad de regresar a su país. Tipo de personalidad peculiar, tiene la tentación de dar un giro a su carrera profesional y recalar en el Le Havre, club que dirige un íntimo amigo suyo y que busca el ascenso a la ProB desde la NM1, la tercera categoría del baloncesto francés. Hasta el duelo de Burgos, donde solo jugó tres minutos, algo llamativo aunque Mumbrú lo achacó a "problemillas físicos y decisión técnica", era el jugador más utilizado por el técnico catalán (24 minutos de media) y el segundo anotador tras Goudelock (12 por cita). Contar ya con David Walker y Álex Reyes aliviaría su posible marcha, pero el Bilbao Basket, a la espera de su decisión, volvería posiblemente al mercado.

El conjunto vizcaino alcanza el segundo parón competitivo como décimo clasificado, con cuatro triunfos de colchón sobre la zona de descenso