ELLAS no habían nacido cuando la frase hizo fama, pero el mítico concurso Un, dos, tres las presentaría ahora como hermanas, jugadoras de baloncesto y residentes en Bizkaia. Nogaye Lo Sylla (23-8-1996) y Bintou Lo Sylla (7-3-2000) nacieron en Palma de Mallorca y su deporte ha estrechado esos lazos fraternales esta temporada, aunque los 40 kilómetros que apenas separan Gernika y Barakaldo han parecido muchos más durante estos meses por culpa de la pandemia. “Al principio de la temporada sí nos pudimos ver algunas veces. Pero como Gernika y Barakaldo no son colindantes, con las restricciones no hemos podido”, dice Bintou. “A ver si ahora con las nuevas medidas podemos vernos de nuevo y puedo acercarme a verla jugar”, añade Nogaye. Aunque ambas también tienen bien presente que hay que ser cuidadosas y el hecho de que cada equipo, pese a que tengan una buena relación, deba proteger su burbuja “porque lo que hagamos puede afectar a mucha gente” y tenga horarios diferentes, impide que puedan verse tanto como les gustaría.

Su tío jugaba al baloncesto y la hermana mayor también le cogió gusto a este deporte. Como suele ocurrir, la pequeña siguió esos pasos y ambas acabaron enganchadas a algo que años después está siendo su profesión y su pasión. Sus carreras les han llevado esta temporada muy cerca una de la otra, “aunque no fue algo planeado”, después de muchos años de no coincidir durante muchos meses. Nogaye se formó en el Sant Josep Obrer, el mismo club del que salieron los hermanos Marta y Rudy Fernández o Alba Torrens, por ejemplo, y luego pasó al Centro de Tecnificación de las Islas Baleares, cuna de Joan Sastre, Sergi García o su excompañera Gaby Ocete, pero desde muy joven, con apenas 16 años, inició un periplo que le llevó a Vigo, de vuelta a casa al Andraitx, Zaragoza, La Seu d’Urgell, Zamora y ahora Gernika, además de competir cada verano con las selecciones formativas de España. Bintou creció en el CTIB, la pasada temporada estuvo en Tenerife y ahora es una de las piezas importantes del HGB Ausarta Barakaldo.

“Mi objetivo es seguir mejorando para ver si algún día puedo llegar a la Liga Femenina”, reconoce la pívot del equipo fabril. Su hermana es un buen ejemplo, “solemos hablar bastante, entrené con ella el pasado verano movimientos de pívot y la verdad es que me ayudó mucho”. Nogaye, sin embargo, asegura que solo interviene “cuando ella me lo pide y le doy algunos consejos, pero no quiero agobiarla ni presionarla demasiado”. Su progresión está siendo constante “y ese es un buen consejo para Bintou y para todas las jóvenes, que poco a poco y con esfuerzo se puede llegar a la élite”. La jugadora mallorquina, ya asentada también en la selección absoluta, está teniendo en el Lointek Gernika, “y la verdad es que, como el año pasado, lo estoy disfrutando mucho”.Sentirse a gusto

Las hermanas Lo Sylla se sienten “muy a gusto y bien tratadas” en Bizkaia y eso se traslada a la cancha. Para Nogaye es su segundo año en Gernika y Bintou se estrena en Barakaldo donde “los entrenadores y todo el club nos ayudan para sentirnos cómodas. A todas las jugadoras del equipo nos gusta mucho el baloncesto y así es más fácil ir todas a una”. A nivel colectivo, las cosas también funcionan y eso ayuda a sobrellevar los inconvenientes que genera el covid-19 y sus protocolos. El Lointek Gernika ya está en la Copa, pero quiere “seguir subiendo puestos y para ello el partido de mañana es muy importante”, asegura Nogaye. El Ausarta Barakaldo también acecha los primeros puestos de su categoría. “Queremos intentar llegar, si es posible, a la Liga Femenina-2 Pro que van a crear el año que viene”, sentencia Bintou.

Pero el sueño de ambas sería jugar al máximo nivel en un equipo de su tierra. Si se reunieran todas las mallorquinas o baleares algún día, formarían un equipazo. Los proyectos de Sóller y de Ibiza desaparecieron de la Liga Femenina y ahora son, precisamente, el Sant Josep y el Andraitx los que intentan tirar hacia arriba. “Ya lo solemos comentar cuando nos encontramos. Ojalá puedan ir creciendo porque a todas nos haría mucha ilusión poder jugar en la élite delante de nuestra gente”, señala Nogaye Lo. “Ahora todas las que destacan tienen que salir, pero espero que eso deje de ocurrir algún día”, remata Bintou Lo. De momento, ellas, que proceden de una isla en la que el baloncesto tiene mucho tirón, están en una tierra en la que también su deporte les ofrece un camino hacia el éxito.