Salamanca - La Copa es un paréntesis en la competición. Son encuentros en los que listón de la exigencia sube un peldaño más y mantener el nivel físico durante los cuarenta minutos es algo indispensable. El Lointek Gernika no lo hizo, jugó a rachas, fogonazos de buen juego que llegaron a cuentagotas. Demasiado poco para ganar a un Araski que luchó por cada balón y superó las numerosas inclemencias que le fueron surgiendo durante el encuentro para ser justo vencedor de la eliminatoria (80-83). El conjunto gernikarra se complicó las cosas con una primera mitad en la que fue superado claramente y, aunque su pelea le permitió remontar e incluso tener la última defensa para ganar el choque, los focos se apagaron en la prórroga y el Araski terminó con el sueño gernikarra antes de lo esperado.

Fue un encuentro en el que el Araski propuso a qué iba a jugarse y el Lointek Gernika cayó en la trampa. Las gasteiztarras convirtieron el encuentro en un campo de batalla, en un intercambio de golpes en los que el sentimiento salió vencedor y pelear constantemente por un balón extra tuvo premio. En esa lucha constante el conjunto gernikarra nunca estuvo cómodo y pronto se encontró con una situación desfavorable, con la ventaja superando ampliamente los diez puntos. El dominio del rebote alavés y una mala circulación de balón hizo que las dirigidas por Mario López tuvieran que remar contracorriente mucho tiempo. Sin embargo, no todo fue negativo en las filas vizcainas. El Gernika sacó orgullo cuando pintaban bastos. La Copa era su ilusión, uno de los grandes objetivos del curso, y no quisieron entregarla sin plantar batalla. Pero su alarde llegó tarde, el partido ya era un cara o cruz y ahí el Araski estuvo más acertado.

El choque ya comenzó torcido para el Lointek Gernika. Dos contraataques con el sello gernikarra pusieron el 4-0 inicial, pero a pesar de eso se vio desde el primer minuto que a las vizcainas les faltaba algo, ese plus de intensidad necesario para poder aguantar el envite. Cada balón dividido era gasteiztarra y la esperada superioridad física de las pívots del Gernika no apareció, todo lo contrario. El Araski logró más rebotes. Más oportunidades que unidas al mayor despliegue en tareas defensivas dieron el mando del encuentro a las de Made Urieta tras un tiro de dos anotado por Laura Pardo (8-10).

Mario López trató de reordenar en el encuentro, mover el banquillo constantemente y buscar esa solución que no terminó de llegar. El cambio de cromos no vino con una transformación en el juego. El Araski cada vez fue a más y a pesar de la lesión de Izaskun García, que condicionó mucho el juego gasteiztarra, la ventaja cada vez fue mayor. Con el segundo cuarto a punto de acabarse, Tania Pérez anotó un tiro en suspensión y dibujó la máxima ventaja (20-36). Fue el aviso definitivo. El despertador que por fin hizo levantar al Gernika. Con más trabajo que brillo y tirando de acciones individuales, pudieron capear el temporal antes del descanso e irse a los vestuarios con un marcador de 30-41.

En la segunda parte se vio un Gernika diferente, más parecido a su versión habitual. Julie Wojta encendió la reacción con sus tiros y el equipo empezó a acompañar. El Araski pidió oxígeno y las gernikarras se pudieron por delante con una canasta de Milic (60-59). Sin embargo, la racha no tuvo continuidad y el Gernika no rompió el duelo. Así, se llegó a un final de infarto. Un palmeo agónico de Arrojo puso el 75-73, pero Barbee respondió con una buena penetración y Mario López no pidió tiempo muerto a falta de segundo y medio, lo que llevó el encuentro al tiempo extra.

La prórroga demostró una vez más que en la Copa no hay segundas oportunidades. El que perdona termina pagándolo y eso le ocurrió al Gernika. No rompió el choque cuando el Araski estaba con el depósito justo, las últimas acciones de los primeros cuarenta minutos no cayeron de su lado y en el tiempo extra las gasteiztarras se lo creyeron y resistieron hasta llevarse la victoria. Las cinco personales de sus dos pívots hicieron que el Gernika buscara en exceso a Milic, pero lo que pareció una solución terminó siendo la condena. La defensa rival se cerró a la perfección y las pérdidas se acumularon en el bando vizcaino. Con 78-80 en el marcador, Laura Pardo anotó un triple que resultó letal. El Gernika logró tener la última bola para igualar pero el lejanísimo tiro de Gaby Ocete se quedó corto.