Bilbao - El Bilbao Basket se encuentra inmerso en su gran semana, la que puede poner la guinda a su notable temporada y sellar su pasaporte hacia la Liga Endesa. Dos encuentros, ambos a disputarse en Miribilla, le separan de su gran objetivo, pero los hombres de negro solo piensan en el primero. No van más allá del sábado. Es el riesgo de formatos como este de la Final Four: se puede caer en la tentación de visualizar un fin de semana con dos encuentros y acabar disputando solo uno.

Por eso, el conjunto vizcaino tiene las ideas muy claras. “Nosotros solo pensamos en el sábado. Si perdemos, no hay segundo partido. Solo existe el partido contra el Melilla. Tenemos muchas ganas de jugarlo y después ya veremos qué pasa”, aseguraba ayer Thomas Schreiner. Su compañero Iván Cruz respaldó el discurso del austriaco con el ya manido “partido a partido”, confiado en que en el caso de tener que disputar dos choques en menos de 24 horas “el preparados físico, el fisio y el entrenador llevarán la semana planificada para llegar lo mejor posible”. Tampoco Leonardo Demetrio se separó del guion, haciendo hincapié en la obligatoriedad de “enfocarnos en el Melilla” y confiado en que “tenemos muchos jugadores y podemos rotar minutos, por lo que creo que si ganamos el sábado llegaremos bien a la final”.

El brasileño no escondía ayer en Miribilla que la campaña ha llegado a su máximo punto de ebullición y que son este tipo de partidos los que gusta jugar. “Este es el mejor momento de la temporada, trabajamos todo el año para poder disputar estos encuentros. Estoy muy contento de poder hacerlo y voy a disfrutarlo. Hay que ganar sí o sí”, reconoció, esgrimiendo como punto a favor de los suyos el hecho de haber resuelto la eliminatoria de cuartos de final ante el Palencia en un duelo sin red de seguridad en el mismo escenario de la Final Four y con un ambiente muy similar al que registrará el Bilbao Arena este fin de semana: “Ese choque fue como si de una Final Four se tratara porque había que ganarlo sí o sí, tenemos esa experiencia. En esas situaciones nuestro equipo reacciona muy bien. Además, lo de este pabellón es increíble. La energía de la afición es nuestra ventaja, siempre nos empujan tanto en los buenos y malos momentos y eso nos ayuda un montón”.

Cuestionado sobre el rival de las semifinales, Demetrio lo tiene clarísimo: “Espero la mejor versión del Melilla. Ellos también han tenido una serie dura, vienen muy motivados y van a estar a tope. Tienen jugadores con muchísima confianza, sobre todo Caleb Agada, que ha completado una eliminatoria increíble. También han traído a Stojan Gjuroski y tienen interiores que van bien al rebote y debemos pararles para controlarlo”. También Schreiner esgrimió el aspecto reboteador como factor que puede desequilibrar la contienda. “Lo importante será que seamos nosotros los que controlemos el rebote, ya que, si lo hacemos, jugamos al ritmo que queremos y eso para nosotros ha sido clave en todos los partidos”, recalcó, destacando también el carácter multidisciplinar de la plantilla que tiene a sus órdenes Alejandro Alcoba. “Tiene jugadores de muchísimo nivel en todas las posiciones y desde el principio era uno de los favoritos para ascender. Están muy bien en contraataque, sobre todo Agada, que es muy rápido y sale corriendo a la mínima, pero también buenos tiradores con Jonathan Gilling, Josep Franch, Txemi Urtasun o Gjuroski”.

Sin ansiedad Iván Cruz reconoció que es probable que los nervios aparezcan en las horas previas del encuentro del sábado, pero por el momento “estamos tranquilos, concentrados y entrenando bien”. Tampoco cree el ala-pívot que la condición de anfitrión coloque sobre los hombros de los hombres de negro mayores dosis de presión. “No creo que nos pese la ansiedad de ser favoritos. Tenemos claro lo que tenemos que hacer, lo que debemos aportar cada uno para poder ganar. Con nuestros aficionados creo que tenemos muchas posibilidades de poner ganar”, avanzó, convencido de que las dos victorias sobre el Melilla en temporada regular no tendrán ninguna incidencia de cara a este choque: “Esto es totalmente diferente. Ahora si pierdes te vas a casa y todo el mundo sale con el cuchillo entre los dientes y a por todas. Aquí tuvimos un partido muy apretado y creo que va a ser muy parecido”.

Tampoco a Schreiner le gusta la etiqueta de favorito y todo lo que ello conlleva, y menos en un formato como el de la Final Four. “No sé si lo somos o no, pero yo creo no hay favoritos en este tipo de eventos. Por ejemplo, en la Euroliga todos los años el favorito es el CSKA Moscú y no gana siempre, aunque este año sí. Esperemos ser nosotros los que ganemos los dos partidos de esta competición”, señaló, dando gran valor al factor cancha: “Luchamos toda el año para tenerlo en play-off y gracias al buen trabajo del club jugamos la Final Four en casa. Para nosotros, es muy importante, nos ayuda un montón”.