Bilbao - Álex Mumbrú considera que su equipo llega en un momento óptimo al mes de la verdad y destaca el hecho de haber conseguido que todos los jugadores de la plantilla se sientan importantes con su papel en el colectivo.

De los cuatro posibles rivales para el ‘play-off’ (Valladolid, Huesca, Granada y Palencia) acabó cayendo este último. ¿Qué le parece?

-Creo que es un rival confeccionado para estar arriba y ganar la liga. Tuvieron un bache con cambio de entrenador, pero tienen jugadores veteranos que controlan la liga como Urko Otegi, Jordi Grimau, Nikola Cvetinovic? Tienen un buen equipo, no esperaba encontrármelos aquí. Pero es el equipo que nos ha tocado y tampoco se le pueden dar muchas vueltas. Solo podemos prepararnos y tratar de hacer un buen partido aquí porque ellos se parecerán más al Palencia que nos encontramos allí que con el de aquí.

¿Cómo analiza la plantilla rival?

-Es bastante larga. A nosotros ese factor nos ha servido durante la temporada para ser como un rodillo y acabar ganando por físico y fondo de armario. Contra ellos eso no nos va a valer, vamos a necesitar más cosas porque ellos también tienen mucha rotación. Tienen tres interiores de calidad, se han reforzado con Petar Aranitovic y Milenko Veljkovic, un jugador de 2,15... Están muy bien compensados porque tienen tiradores, jugadores de pick & roll, al que podría ser el MVP de la temporada, Steve Vasturia? Será un rival complicado.

Conoce mucho a Carles Marco. ¿Han cambiado mucho tras su llegada al banquillo?

-Antes eran un equipo que jugaba mucho más al ataque y defensivamente no se preocupaba tanto del rival. Con Carles tienen mucha más rigurosidad, juegan más serios, más duros y más concentrados, defienden de forma distinta el pick & roll? Han pasado de encajar ochenta y pico puntos a unos setenta.

El Palencia que recibió allí al Bilbao Basket parecía un equipo arrollador y muy compactado. Usted mismo reconoció que había sido el primer partido en el que los suyos no supieron competir. Eso les tiene que hacer estar alerta.

-Así es. Y te repito que creo que nos vamos a encontrar a ese Palencia. También te digo que en ese momento nosotros no estábamos en nuestro mejor momento, pensábamos más a largo plazo. Íbamos paso a paso, mejorando nuestras cosas, pero allí se nos vieron todas nuestras debilidades. Nos sirvió para aprender y ya no tenemos nada que ver con aquel equipo.

Hubo jugadores que reconocieron que tras ese duelo se dieron cuenta de que había que cambiar cosas, que en esta liga no bastaba con la calidad, que había que bajar al barro?

-Fue el primer partido en el que no pudimos competir, aunque al final bajamos el average. No estuvimos nada a gusto. Veníamos de una muy buena pretemporada, de estar arriba, de estar luchando por ir a la Copa y ellos nos demostraron que íbamos a encontrarnos rivales difíciles y que nos iba a costar ganar partidos.

El rival ha mostrado en los dos partidos que una de sus armas es meter mucha presión a los bases, usando mucho cuerpo y manos para pararles y aislarles del juego.

-Todo lo que sea meter presión dentro de la legalidad, sin problemas. Es su plan de partido, tienen la obsesión de parar a nuestros bases porque jugamos mucho con ellos, pero manejamos también otras variantes. Por eso creo que será fundamental haber ganado el factor cancha, jugar en Miribilla, porque la presión ambiental que habrá no será la misma. Si presionan al límite, no es lo mismo que estemos en nuestra casa.

¿Qué le parece este formato de ‘play-off’ y Final Four? ¿No es poco premio para el que ha luchado todo el curso por ese factor cancha?

-Al haber quedado segundos lo fácil sería decir ahora que este sistema no es el mejor para nosotros, pero si hubiésemos quedado sextos diríamos lo contrario? Sabíamos desde el principio de temporada que iba a ser así y quejarse ahora no valdría para nada. Ahora toca demostrar que hemos sido un buen equipo todo el año.

¿Algo que decir sobre la Final Four y la polémica por los requisitos para el organizador?

-Prefiero no comentar mucho, no depende de mí. Lo que puedo entender es que si quieres mejorar la competición lo que necesitas es hacerla más atractiva. Aunque todo esto quizás no nos venga bien a nosotros, ha sido un asunto que ha dado de qué hablar, ha generado competitividad? Si las exigencias son altas, al final el nivel de la liga irá subiendo. Este año ya se ha visto que la competición ha mejorado, ha sido muy difícil.

Durante la liga usted ha destacado el gran número de aficionados que ha acudido a Miribilla, la cancha con más espectadores de la competición con diferencia. ¿Es un factor a explotar en esta eliminatoria?

-Aún me cuesta hablar del play-off en conjunto porque solo pienso en el partido del viernes. Lo que está claro es que nosotros hemos luchado mucho para tener el factor cancha porque para nosotros es muy importante jugar en Miribilla. Sabíamos que en el momento que necesitáramos a nuestros aficionados estos iban a estar porque siempre han estado. Yo viví el efecto Miribilla y sería bonito que ahora estos jugadores tengan esta misma oportunidad porque se lo han merecido. Ojalá se llene el pabellón y haya un ambientazo el viernes.

¿Ha hablado con sus jugadores sobre lo que puede ser ese pabellón lleno?

-Algún jugador sí que ha hecho el comentario, pero las cosas no hay que explicarlas, hay que vivirlas. Estamos en un momento muy importante de la temporada, nos empezamos a jugar todo. Al principio nos costó jugar en casa pero hemos luchado mucho por tener esta oportunidad y ahora toca hacer buenos partidos aquí y que los jugadores sientan cómo es la gente de Bilbao, cómo empuja a sus equipos cuando se juegan algo.

No pierden en casa desde enero, cuando lo hicieron contra el Oviedo. No es mala red de seguridad.

-Sí. Y al principio nos costó un poco. Nos costó entender que teníamos a 5.000 o 6.000 personas respaldándonos, sentimos presión. Fuimos poco a poco creciendo y llegó un momento en el que ya nos empezamos a sentir muy bien con nuestra gente. Ha habido una gran comunión entre grada y equipo, los jugadores han tenido esos valores de lucha, entrega y sacrificio que tanto gustan en Bilbao. Hemos enganchado.

Todo el mundo les va a poner el papel de favoritos. Hay que saber vivir con eso.

-Algunos lo hacen para quitarse presión porque somos el recién descendido desde la ACB. Esa presión la tenemos que saber llevar en la pista, hacer nuestras cosas bien para ganar. Eso nos tienen que dar tranquilidad.

Tienen a muchos jugadores con tablas en las eliminatorias de la LEB Oro y a otros que son inexpertos. En estas lides saber manejar la presión es casi tan importante como el propio juego.

-Es cierto, por eso Palencia también tiene mucho que decir en ese sentido, ya que tiene un equipo veterano. Nosotros tenemos una buena mezcla y tendremos que intentar hacer las cosas bien. Y para ello, no hay nada mejor que seguir nuestras reglas. Eso nos tiene que dar tranquilidad porque sabemos lo que estamos haciendo. No nos vamos a volver locos con cosas que no dominamos.

El ‘play-off’ también exige más al entrenador. Ajustes, cambios puntuales sobre la marcha?

-Hay gente que ajusta mucho, otros prefieren no tocar tanto para que la gente no se vuelva loca? Depende el tipo de equipo que tengas. Nosotros haremos lo necesario para estar siempre en alerta.

¿Esto de los banquillos ha sido tal y como usted se esperaba?

-Ha habido un poco de todo. Lo que más ha habido ha sido trabajo porque ha tocado construir desde cero. Yo llevaba muchos años en ACB y ha tocado adaptarnos a la LEB, a las peculiaridades de una nueva competición. El balance de momento es bueno, pero aún no es momento de hacerlo.

¿Ha cambiado mucho desde el primer día hasta ahora?

-Como persona no, pero sí hemos evolucionado todos para que el equipo fuese mejorando. Te tienes que ir adaptando a los jugadores. Imponer tu libreto a veces funciona, pero nosotros nos hemos ido adaptando a lo que teníamos con la meta de llegar al momento más importante en el mejor punto de forma y juego posible.

¿Lo ha conseguido?

-Estamos en un buen momento. Pero creo que hemos conseguido algo aún más vital: que todos los jugadores se sientan importantes. Eso durante un año es muy difícil con una plantilla de 11-12 jugadores. Llegamos a puertas del play-off con todo el mundo sabiendo que no hay nadie imprescindible pero que cada jugador es muy importante.

¿Ese reparto de minutos casi quirúrgico es por convencimiento o por las circunstancias?

-Si solo tuviera tres o cuatro jugadores buenos probablemente jugarían más, pero cuando tienes una plantilla más larga cada uno te das sus cosas. Unos te dan defensa, otros ataque, otros bloqueo? Es vital que durante una temporada todos los jugadores se sientan importantes porque siempre hay un momento en el que las cosas se ponen complicadas y los problemas se afrontan mejor entre doce que entre tres.

¿Se ha sentido muy vigilado o analizado por ser novato?

-Al principio sí, pero es algo que debes asumir. Si viene Obradovic o Aíto, y ni mucho menos me comparo con ellos, y toman una decisión que acaba saliendo mal todo el mundo dice: qué atrevimiento ha tenido. Si la tomas tú y no sale, la gente dice: ¿pero a dónde va este? (risas). Es normal, entra dentro de la faceta de entrenador. Te tienes que ganar el respeto con el trabajo diario. Yo me he basado en eso, en currar, en juntarme con mi equipo, en pensar en lo nuestro, en las cosas que sí podíamos controlar y no en lo de fuera? Seguramente habrá habido críticas y también palabras buenas, pero no les hemos hecho mucho caso.

¿Cree que se ha sabido llevar bien el nuevo escenario competitivo que tocaba afrontar, la nueva situación deportiva? Y hablo tanto desde dentro del club como desde el entorno.

-Primero había que pasar el duelo y al principio cualquier cosa que se hiciera iba a estar mal. Veníamos de un descenso, de años muy dramáticos en todos los ámbitos? El poso negativo era lógico, pero lo que ha conseguido el equipo es que con el paso de los meses solo se hable de si ganamos o perdemos, de si competimos o no, si jugamos bien o mal? Ese es un logro muy importante tras la situación que hemos atravesado.