"Había máquinas expendedoras de todo lo que quisieras, cines, autobuses... Y todo era gratuito. Era otro mundo. Vivir aquello fue como estar en un sueño. Un deporte pequeñito, como es la pelota, coincidía con Carl Lewis o Boris Becker comiendo mesa con mesa –una historia real que le sucedió a Rubén Beloki un día que fue solo a comer tras entrenar y debido al hambre ni siquiera se dio cuenta de quién tenía al lado en el comedor–, con los de la NBA, el primer Dream Team, que se pasaron un día... Y la ceremonia de inauguración fue la apoteosis. El plan ADO, además, puso mucho dinero y los deportistas ganamos muchas medallas”. Las palabras son de Beloki, que rebuscaba en el baúl de los recuerdos para regresar a ese escenario tan mágico como los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992.
La primera semana de agosto, entre el 4 y el 5, de hace treinta años la pelota vasca se vistió de oro. Fue deporte de exhibición con una cosecha importante para los deportistas vascos, pero lo más importante: un escaparate al mundo para un deporte que, en el caso de la cesta punta, ya había conquistado durante todo el siglo XX frontones de Estados Unidos, Italia, Egipto, Filipinas, China… Se tuvo que esperar 24 años para volver a la arena olímpica tras México ‘68.
"Era otro mundo. Vivir aquello fue como estar en un sueño. Un deporte pequeñito, como es la pelota, coincidía con Carl Lewis o Boris Becker comiendo mesa con mesa"
El pelotari navarro conquistó la presea dorada en mano individual el 5 de agosto. Tenía 17 años. Tres días después cumplió la mayoría de edad. El 21 de ese mismo mes dio el salto al profesionalismo, donde marcó la pauta en los cuadros largos hasta su retirada: el 3 de diciembre de 2011. Por el camino: cuatro txapelas del Manomanista –fue el campeón más joven de la historia hasta la irrupción de Irribarria, en 2016– y dos del Parejas. Compartió modalidad olímpica con el berriztarra Jon Bazeta. Beloki, el titular, derrotó en la final a Philippe Hirigoien, que representó a Francia, por 22-12. El de Hendaia acabó dando el salto al profesionalismo en Hegoalde. Los cronistas de entonces calificaron la victoria como “un oro de fuerza”. Hubo emoción en los primeros compases, pero el burlatarra rompió el encuentro a raíz del 6-4 –una falta de saque de Rubén–. Se fue 16-4. Hirigoien maquilló luego.
Victoria también por parejas
“Lo único es que no le dimos el valor suficiente entonces. Yo por lo menos le he dado más valor a lo largo de los años. En aquel momento lo afrontas con la tensión propia de los partidos, pero cuando pasa el tiempo y ves otros Juegos Olímpicos en televisión te dices: ahí he estado yo”, desgranaba José Ángel Balanza, Gorostiza, sobre el evento. El delantero de Huércanos compartió gerriko con Iñaki Lujanbio, de Goizueta, Alfredo Balerdi, de Lizarra, y Juanma Fernández, de Sestao, por parejas. Los navarros fueron los titulares en la final ante Juzan-Mutuberria. Se impusieron por 22-7.
“Lo único es que no le dimos el valor suficiente entonces. Yo por lo menos le he dado más valor a lo largo de los años"
Ambas medallas se cobraron el 5 de agosto de 1992. Ese mismo día, el iruindarra Óscar Insausti y el logroñés Juan Pablo García –el resto del bloque se componía de Tejada y Txiki– se alzaron con el entorchado en paleta cuero en frontón ante los mexicanos Fernando Iniestra y José Antonio Musi (35-16). Los aztecas saltaron a la cancha poco después para disputar la final de pala corta frente a los riojanos Daniel García y Ricardo Garrido –Hernández y Araujo I eran los otros dos representantes–. Los americanos sucumbieron por 40-14. Bastante hicieron.
En el trinkete, el navarro Oskar Goñi y el guipuzcoano Joaquín Larrañaga –Txoperena y Ruiz estaban dentro del equipo–, favoritos en mano parejas, cayeron 27-40 ante México, compuesto por los hermanos Saldaña, Santamaría y Zea. Dentro de la modalidad del tejadillo, Argentina triunfó ante Francia en paleta goma (30-14). Irizar, Pagoaza, Sagarzazu y Eginoa se situaron en la tercera plaza.
La final de cesta, la única en directo por televisión
Este mismo jueves se cumplirán 30 años del oro olímpico de Juanan Konpa y Josu Mugartegi, Atain, en la modalidad de cesta punta, la primera de la cosecha vasca en la cita. Fue la única final de pelota vasca retransmitida en directo por TVE, y únicamente para la cobertura Norte. Ahí se perdió un potente altavoz.
El frontón Vall d’Hebron, lleno hasta la bandera, disfrutó del triunfo del delantero de Gasteiz y el zaguero de Markina-Xemein. En una final vasca ante los baionarras Bordé-Etcheverry, el puntillero asomó espectacular y el zaguero mandón. Fueron 68 minutos de batalla para finalizar 40-26. Konpa-Atain llevaron la manija desde el 4-0 de salida. Su superioridad se hizo carne a partir del 28-19.
“Nosotros éramos la potencia en pelota y además jugábamos en casa. Ahí se demostró que cuando inviertes en deporte y tratas adecuadamente a los deportistas se recogen beneficios"
Ambos puntistas ganaron la medalla un martes y debutaron en el campo profesional apenas cuatro días después en Gasteiz. “Nosotros éramos la potencia en pelota y además jugábamos en casa. Ahí se demostró que cuando inviertes en deporte y tratas adecuadamente a los deportistas se recogen beneficios. El nuestro era deporte de exhibición, pero recibimos el mismo trato que el resto de participantes y nos preparamos de la misma manera”, recordaba Konpa en el 25 aniversario del hito.
En esa jornada, México subió en dos ocasiones a lo más alto del podio en frontenis, masculino y femenino. Plata fue España en ambas categorías. Mendiluze, Altadill, Ubanell y Egaña II también se quedaron con la miel en los labios en paleta cuero en trinkete. Argentina venció 40-30. El suramericano Fernando Elortondo marcó la diferencia en todo el torneo. Fernando Abadía le custodió en la zaga con solvencia. Se embolsaron el bronce también en frontón.