Brittney Griner es una de las jugadoras de baloncesto más dominantes del planeta. La pívot de 2,06 metros y 31 años de las Phoenix Mercury cuenta con un magnífico palmarés en la WNBA: campeona en 2014, ocho veces All Star, máxima anotadora en dos ocasiones, seis veces seleccionada en uno de los dos mejores quintetos... La competición femenina estadounidense ha avanzado mucho los últimos años, pero sigue estando a años luz de la masculina, sobre todo en cuanto a salarios: el máximo que puede cobrar una jugadora es 228.094 dólares; el mínimo para un jugador que dispute toda la temporada regular, 928.000. Por eso las estrellas femeninas aprovechan los meses en los que no hay WNBA para alistarse en el baloncesto europeo. Griner lleva desde 2014 en el UMMC Ekaterinburgo ruso, con el que ha ganado cuatro Euroligas y donde su salario, según diversas fuentes, supera el millón de dólares.

El pasado 17 de febrero, la doble campeona olímpica y mundial con Estados Unidos fue arrestada en el aeropuerto de Moscú y desde entonces se encuentra en prisión preventiva acusada de tráfico de drogas debido a que en su equipaje se encontraron, supuestamente, cartuchos con aceite de cannabis para vapear. El juicio contra la jugadora arrancará este viernes, pero el Tribunal de Jimki ya ha prolongado hasta el 20 de diciembre las medidas cautelares que pesan en su contra. En caso de ser declarada culpable, podría ser condenada hasta a diez años de cárcel.

POLÉMICA

El caso de Griner ha provocado una gran polémica en su país e incluso ha enturbiado todavía más las relaciones entre Estados Unidos y Rusia. El Departamento de Estado considera “injustificada” su detención, la jugadora mantiene su inocencia, su familia se dirigió hace semanas al presidente, Joe Biden, para tratar de lograr su liberación y actualmente es el antiguo embajador estadounidense ante la ONU, Bill Richardson, quien negocia su liberación. Sin embargo, las autoridades rusas no dan su brazo a torcer. Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, ha negado en diversas ocasiones que la situación de Griner se salga de lo legal. “No la podemos llamar rehén. Violó la ley rusa y ahora la están persiguiendo penalmente. Está siendo procesada en virtud de la legislación rusa y no solo en nuestro país existen una leyes tan severas en este terreno. Hay muchos países a los que no se pueden traer drogas. Eso es algo perseguido por la ley y nosotros no podemos hacer nada”, argumentó.

INTERCAMBIO DE PRISIONEROS

Desde que la detención de Griner saliera a la luz el 5 de marzo, la posibilidad de un intercambio de prisioneros entre ambos países ha sido material de debate en los medios de comunicación. Recientemente, el estudiante estadounidense Trevor Reed, condenado a nueve años de prisión por resistencia a la autoridad, fue intercambiado por Konstantin Yaroshenko, sentenciado en EE. UU. a 20 años por contrabando de drogas y hace meses diversos diarios rusos publicaron que ambos países trabajaban en el canje de Griner por Viktor Bout, un comerciante de armas que responde al apelativo de 'El Mercader de la Muerte' que se encuentra encarcelado actualmente en Marion (Illinois).

El mundo del baloncesto estadounidense se ha volcado también en la petición de libertad para Griner. La WNBA y la NBA han lanzado la campaña #WeAreBG y la liga femenina eligió la pasada semana a la jugadora de manera honorífica para el All Star que se disputará el 10 de julio. “No es difícil imaginar que si estuviera aquí esta temporada, habría sido seleccionada”, dijo la comisionada Cathy Engelbert.