REAL MADRID: Causeur (5), Taylor (12), Abalde (7), Yabusele (5) y Tavares (15) -cinco inicial-, Deck (2), Hanga (3), Rudy Fernández (8), Heurtel (12), Poirier (12), Llull (2) y Thompkins (11).
LENOVO TENERIFE; Huertas (12), Salin (6), Todorovic (12), Doornekamp (2) y Shermadini (14) -cinco inicial-,Sastre (6), Wiltjer (9), Guerra (6), Sulejmanovic (0), Borg (7), Smith (-0 y Rodríguez (0).
Parciales: 26-20, 50-38 (descanso), 73-55 y 94-74.
Árbitros: Peruga, Jiménez y Perea. Sin eliminados
Incidencias: 6.918 espectadores en el Palacio de Deportes de Granada.
BARÇA: Calathes (12), Laprovittola (19), Exum (4), Mirotic (15) y Sanli (13) -cinco inicial- Kuric (14), Davies (12), Martínez (6), Abrines (0), Smits (6), Hayes-Davis (0) y Jokubaitis (2).
UCAM MURCIA: McFadden (18), Taylor (21), Rojas (0), Webb (15) y Lima (2) -cinco inicial-, Bellas (5), Radovic (2), Davis (5), Cate (15), Czerapowicz (7), Malmanis (0) y Vasileiadis (0).
Parciales: 32-16, 55-49 (descanso), 73-72 y 103-90.
Árbitros: Hierrezuelo, Conde y Caballero. Eliminaron a David y Radovic.
Quizás la ACB debería darle una vuelta a la Copa porque se ha convertido en el torneo en ese formato más previsible y repetitivo del mundo. Real Madrid y Barça jugarán hoy la final como ha pasado en nueve de las últimas trece ediciones, en cuatro de las últimas cinco. Desde que en 2009 se enfrentaron por el título el Baskonia y el Unicaja siempre ha estado en la final uno de los dos grandes, cuando no los dos, y se empieza a añorar aquellos tiempos en los que la Copa era un torneo abierto y propicio para las sorpresas. Ahora todo está encaminado a que blancos y azulgranas copen las finales y no dejen para los demás ni las migajas.
En la primera semifinal de ayer, el Real Madrid pudo con el Lenovo Tenerife, que acusó la ausencia de Bruno Fitipaldo y el estado físico de Marcelinho Huertas. En cambio, Pablo Laso metió piernas frescas y su equipo encontró el acierto desde el perímetro para abrir brecha muy pronto. Las pérdidas de balón de los de Txus Vidorreta y los diez triples anotados por los madridistas en el primer tiempo dejaron el partido encarrilado al descanso. El Real Madrid usó a tres jugadores que no habían jugado el jueves y a otros que lo habían hecho poco e impuso su rotación ante un rival que, además, tuvo que prescindir pronto de Shermadini, su ancla interior, por las faltas.
El equipo blanco estuvo sólido en defensa gracias al dominio interior de Tavares y Poirier y, así, tras el descanso no permitió alegrías al conjunto canario, sobre todo porque controló muy bien a sus piezas claves. Su labor coral fue suficiente para mantener la diferencia y volver a dejar al Tenerife a las puertas de la final.
Después, el Barça también hizo su trabajo, aunque le costó mucho más ante el UCAM Murcia, que tras eliminar al Valencia Basket en cuartos de final jugó con decisión en busca de la sorpresa y tampoco se rindió cuando llegó al final del primer cuarto con un 32-16 adverso después de fallar muchos tiros cerca del aro. Los catalanes arrancaron con mucha fluidez en ataque y un Laprovittola certero, pero el equipo de Sito Alonso tiene carácter, calidad atlética y talento y quiso exprimir al máximo su primera presencia en el torneo por méritos propios. El partido elevó el nivel de contactos al máximo y con la inspiración de McFadden y Taylor y un enorme despliegue físico liderado por Cate, los pimentoneros empezaron a remontar y jugaron dos cuartos de excelente baloncesto, por valentía y acierto, para soñar con tumbar al gigante, que se vio desbordado en esos minutos por la hiperactividad de su rival.
Poco antes de acabar el tercer cuarto, el Murcia ganaba por 67-72, pero Mirotic firmó un parcial de 6-0 para frenar la sangría y Saras Jasikevicius encontró en su banquillo a Kuric, que pese a sus problemas en el hombro anotó once puntos en el último cuarto para romper el partido. Los murcianos se habían quedado sin Davis por faltas y también perdieron por lesión a McFadden para ese tramo final en el que quedaron desarmados y sin pólvora mientras el Barça hizo valer también su enorme profundidad para dejar sin energías a un sobresaliente UCAM Murcia, que ha rendido en la Copa por encima de sus posibilidades tras salir del covid.