Belén Arrojo (8-1-1995) vuelve a estar en semifinales de la Liga Femenina dos temporadas después. Esta vez las disputará desde mañana jueves con el Lointek Gernika Bizkaia, que vivirá un cruce histórico ante el Perfumerías Avenida, el anterior equipo de la granadina. La nueva capitana del bloque gernikarra espera poner las cosas difíciles al gran favorito al título en dos partidos que son "un premio al trabajo que hemos hecho y que nos hace estar muy orgullosas".

Después de lograr la clasificación, han tenido que esperar más de dos semanas para volver a competir. ¿Cómo lo han llevado?

—Paramos unos días, pero después no hemos hecho otra cosa que entrenar y entrenar y tener alguna actividad distinta dentro de lo que está permitido. Hemos tenido tiempo para ver los partidos europeos con tranquilidad y, sobre todo, para preparar bien la eliminatoria ante el Avenida. Pero la verdad es que estar dos semanas sin competir se hace duro y largo.

¿Con qué ánimo afronta el equipo esta semifinal?

—Tenemos muchísimas ganas. El último partido ante el Estudiantes fue un premio que nos merecíamos por todo lo que hemos pasado y nos puso muy contentas, sobre todo por lo que costó sacarlo adelante. Fue un sobreesfuerzo grande, pero mereció la pena y estoy muy orgullosa del equipo.

Con tantos días paradas y después de una temporada tan complicada, había riesgo de que la cabeza se fuera a otras cosas. Además, porque estas fechas suelen ser normalmente casi de vacaciones.

—Sí, lo normal es que ahora se estuviera jugando la final, como mucho. Estamos en una época en que los partidos pasan rápido y lo que quieres es jugar, no estar paradas. Se ha hecho difícil, pero ya estamos en la semana del partido y centradas al 100%.

¿Cuánta energía le queda al Lointek Gernika tras el duro mes de marzo?

—Mental y físicamente fue muy duro por lo del covid, pero creo que nos hemos recuperado. El Avenida viene pisando fuerte, como se vio en la Final Four, pero nosotras no tenemos presión y estamos dispuestas a dar lo mejor, sobre todo en casa, donde esperamos hacer un gran papel.

Esta semifinal es histórica para el club y un premio al gran trabajo realizado esta temporada, pero también en la anterior en la que iban terceras cuando todo se paró.

—El año pasado ya nos lo merecimos y este año aún más por todo lo que hemos pasado nosotras y todos los clubes. Creo que hemos hecho una gran temporada, tanto en Liga como en Eurocup, hemos tenido siempre mucha unidad en el vestuario y así se ha visto reflejado en la cancha.

Tiene mérito que el Lointek Gernika esté en semifinales de la Liga Femenina junto a tres equipos que han sido inalcanzables e, incluso, han triunfado en Europa.

—Sí, el club nos transmitió que habíamos hecho historia y que está muy orgulloso de lo que hemos logrado y nosotras también, por supuesto. Ahora toca disfrutar de lo que queda, sin presión, pero manteniendo la ambición porque queremos ganar, aunque sea muy difícil. Vamos a luchar hasta el final y que sea lo que Dios quiera.

¿Qué eliminatoria espera?

—Ellas pueden estar cansadas por toda la tralla que lleva, pero a nosotras nos faltará ritmo de competición. Es una incógnita, porque un equipo puede estar falto de competición y el otro, lo contrario. Pero no dudo de que ellas vendrán al 200%, como siempre. Son unas semifinales cortas y nadie se va a guardar nada. Nosotras no tenemos nada que perder, pero hay que ser ambiciosas y querer ganar.

La clave puede estar en lograr un buen resultado mañana para que ellas puedan tener más presión en el segundo partido.

—Eso es, en casa nos sentimos fuertes y trataremos de hacernos valer. Ese es el escenario que nos conviene. Hay que evitar los altibajos y saber que cada detalle cuenta. No hay margen para dar vueltas a las cosas y hay que hacer bien el trabajo previo y de scouting. Hay que hacer una buena defensa, aunque ellas tienen grandes jugadoras en todas las posiciones, y dejar que el ataque fluya.

Jugar a ida y vuelta cambia también la manera de afrontar los partidos porque hay que tener el marcador siempre en la cabeza y no vale desconectarse.

—Es un formato distinto al habitual y sabemos por los partidos ante el Estudiantes que hay que pensar a 80 minutos, que es cuando cuentan los puntos. Como no valen los partidos ganados, aunque vayas por detrás en el marcador aún tienes margen. Hay, por eso, más tensión y te obliga a estar muy concentrada todo el rato.

Esta es una época del año en que ya se empieza a mover el mercado y hablar de futuro. ¿Ha distraído eso al vestuario estos días?

—No, solo hemos estado enfocadas en la preparación de la semifinal y en el día a día. Entre nosotras nadie ha hablado de futuro. Hay equipos que se están moviendo, es evidente, pero nosotras como grupo lo hemos dejado al margen, aunque cada una individualmente habrá hablado lo suyo.

En su caso, ha heredado la capitanía de Naiara Díez, No sé si eso le supone más responsabilidad.

—Bueno, ya era la segunda capitana y no ha cambiado mucho la cosa ni me ha supuesto más responsabilidad. He aprendido mucho de Naiara, de lo gran capitana que ha sido, pero en este equipo todo es fácil. Solo hay que estar pendiente de las compañeras, de hacérselo fácil, y en eso estoy.

"Ha sido un año muy duro, pero en el vestuario ha habido mucha unidad y eso se ha visto reflejado en la cancha"

"Es una eliminatoria a 80 minutos y todos los detalles cuentan. Tenemos que evitar los altibajos"

"Nos merecíamos este premio porque los partidos ante el Estudiantes fueron un sobreesfuerzo muy grande"